Efemérides

Siempre cumple

Lunes 25 de Julio de 2022
En la fecha en la cual recordamos por primera vez el natalicio de nuestro gran ídolo hecho leyenda tras su partida física, desde el entorno de la familia Cárdenas se confirma un detalle inédito que enaltece aún más la figura del eterno goleador del club y reafirma un sentir ya sabido por todo el pueblo académico: el Chango cumple siempre.
Siempre cumple
Se nos fue hace poco. No pasó mucho tiempo, aunque al pensar con algo más de detenimiento al respecto del tiempo transcurrido desde ese momento hasta este presente, su ausencia parezca una eternidad. Pero a pesar de que su luz física se haya extinguido el pasado 30 de marzo por la noche, en realidad su llama eterna no hizo otra cosa sino encenderse justamente a partir de ese momento, para ser otro faro eterno de luz que brille ante cada racinguista como lo hacen todos los ídolos del club que nos acompañan a pesar de ya no estar presentes. Ese es ni más ni menos que el poder de su fuego eterno. Y el de Juan Carlos Cárdenas arde a más no poder. Para iluminar con la misma fuerza el suelo santiagueño en el que se formó, el Cilindro de Avellaneda en el cual se consagró con la pelota en los pies o el Centenario de Montevideo que lo transfomó en un mito. El Chango está presente en todos lados.

Pero toda leyenda tiene un comienzo. En el caso de Cárdenas, los papeles marcan que el suyo comenzó con su natalicio, acontecido el 25 de julio de 1945 en Santiago del Estero. O al menos, eso creíamos y pensábamos hasta este momento. Pero los personajes legendarios encierran la maravillosa condición de que nunca se termine de conocerlos en realidad y de que siempre pueda descubrirse algo más al respecto de lo que fueron o representaron. Y está claro que nuestro Chango no sería la excepción a esta regla reservada para una pequeña minoría. Justamente es su nieto Juan -¿De qué otra manera podría llamarse, no?-  quien se encarga de develarle a Racing Club un nuevo antecedente desconocido al respecto de su amado abuelo: "Para nosotros en la familia el cumpleaños suyo siempre se festejó el 9 de julio y no el 25, que es el que figura de manera formal", cuenta para generar una sorpresa mayúscula tras tamaña afirmación que, obviamente, tiene un porqué. "Él estuvo anotado toda su vida en el registro civil con fecha del 25 de julio, pero no fue en la que nació. En Santiago lo anotaron tarde, porque su padre, también mi bisabuelo, quería que él hiciera el servicio militar. Y se pensaba que para eso era necesario que la fecha de registro fuera casi a finales de ese mes de julio. Pero Juan Carlos Cárdenas nació el 9 de julio. Y lo aclaro porque para nosotros siempre fue esa la fecha que festejamos: la de su nacimiento", confirma con partes iguales de seriedad y de emoción el nieto del mito surgido en el noroeste argentino un día como el de hoy pero de hace 77 años, según los libros formales, pero concebido unas semanas antes según esta nueva revelación apuntada desde el seno familiar. 

Pero la realidad es que para toda la parcialidad académica dispersa por Avellaneda, por Argentina y por el mundo entero, Juan Carlos Cárdenas cumple siempre. Así lo fue, lo es y lo será. Podrá ser entonces el 9 de julio de 1945 como lo celebra su familia o podrá ser el 25 de ese mismo mes, como figura en los registros civiles de su provincia. Pero también podría celebrarse con el mismo énfasis el 25 de febrero del 62, esa jornada en la que ese purrete surgido en el club Unión Santiago se calzó por primera vez de manera oficial la casaca académica. Y sin ningún tipo de dudas nadie podría negar que el 4 de noviembre del 67 podría festejarse con el mismo júblilo y pasión. Porque ese día también nació algo: el gol más importante de nuestra historia y un hombre que se volvió leyenda. Su pierna izquierda se impulsó hacia atrás y ejecutó un tiro sensacional e inigualable que ingresó por el ángulo superior derecho del arco defendido por el Celtic escocés en el Estadio Centenario uruguayo, para darle a Racing Club la Copa Intercontinental y transformar a Cárdenas en un héroe infinito. 

El pibe que con tan sólo 17 años se puso la casaca racinguista por primera vez ante Nacional de Montevideo, por la Copa Libertadores del 62, hizo historia aquella tarde. Como la había hecho al nacer y como la sigue haciendo aún hoy, a pesar de no estar presente en el plano físico pero de seguir más vigente que nunca en las memorias y en los corazones de todas las personas que lo sintieron, sienten y sentirán como propio por el resto de sus días. Ese Changuito se fue de Racing por poco, ya que tras un corto paso por Nueva Chicago recogió la experiencia necesaria en la cancha que lo transformó en El Chango. Y vaya si lo demostró. Volvió al Cilindro en 1964 para quedarse de corrido hasta 1972. Volvería por última vez a Avellaneda en 1976, después de haber estado cuatro años en el Puebla y el Veracruz del fútbol mexicano, para ponerle entonces fin a su extensa y exitosa carrera. En total, disputó 297 encuentros en nuestro club y convirtió, nada más ni nada menos, 89 goles. Es, a la vez, el décimo artillero histórico y el cuarto futbolista con más presencias en la cancha. Resulta imposible no considerarlo ídolo y leyenda con todas las letras. 
     
Bajo las órdenes de Juan José Pizzuti, en el mítico Equipo de José, se coronó en el campeonato de 1966 y conquistó la Copa Libertadores 1967 y la Intercontinental 1967. Vital resultó su olfato goleador durante ese proceso que le permitió a Racing transformarse en el primer club argentino en consagrarse a nivel mundial: 7 tantos en el torneo local, 7 en el certamen continental y 2 en el cruce con el Celtic lo volvieron la principal carta ofensiva de la Academia. Tanta eficacia en el ataque lo llevó también a la Selección Argentina en 1967. Pero, como si fuera poco, el Chango también se destacó hasta en el arco propio: el 22 de agosto de 1971 le atajó un penal a Roberto Gramajo, delantero de Rosario Central. Un fenómeno de toda la cancha, sin lugar a dudas.

Pero el Chango no pudo despegarse jamás de la pelota. Fue por ese motivo que una vez retirado de la actividad como jugador, decidió traspasar su experiencia desde el rol de la conducción y de la formación. Como entrenador comandó a Lamadrid, en donde consiguió un ascenso, All Boys y el Deportivo Armenio. Como formador trabajó en las inferiores académicas junto a su ex compañero y gran amigo Humberto Maschio, otro Campeón del Mundo y de los apellidos más gloriosos de la historia del club. Además, con el paso de los años recibió una gran cantidad de reconocimientos por parte de la institución y durante los últimos tiempos se había transformado en un hecho habitual el hecho de cruzarlo en el Recinto de Honor del Cilindro antes de los partidos de su amado Racing. Es por eso que además de su estampa de crack, la calidez humana que irradiaba será otra de las cualidades que mantendrán inalterable su figura más allá del transcurso de las décadas. 

Por que su leyenda lo demanda y porque su persona se encargó de reafirmar el cariño recibido tanto adentro como afuera de la cancha a lo largo de tantos años, es que para nosotros Juan Carlos Cárdenas cumple todos los días. Porque cada jornada en la que se evoca su memoria está signada por algún acontencimiento que nos marcó, nos define y nos enorgullecerá como racinguistas. Es por eso que en este día te recordamos una vez más con una sonrisa en los labios, el puño apretado en lo alto y un grito de gol eterno que brota desde el corazón. Gracias eternas querido Chango.