Efemérides

El merecido y esperado regreso

Martes 27 de Diciembre de 2022
Hace 37 años un gol de Néstor Sicher ante Atlanta hizo festejar a todo Racing en el estadio de River. El club recuperó su lugar de privilegio en la máxima categoría luego de dos temporadas en la segunda categoría y retornó al lugar del que nunca debería haberse ido. De esta manera la Academia se puso de pie tras su caída, tal y como lo hacen los verdaderos grandes. Y eso también merece ser recordado.
El merecido y esperado regreso
En Racing hay algo que ya tenemos bien en claro: nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 119 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos les decimos una vez más y simplemente, gracias.

La alegría se apoderó del Monumental en la noche del 27 de diciembre de 1985 con el regreso de la Academia a la máxima categoría del fútbol argentino. Después de dos temporadas de sufrimientos continuos, Racing le dijo adiós a una situación deportiva que jamás debería haber sucedido y recuperó su sitio en la elite. Fue tras empatar 1 a 1 con Atlanta en la revancha del Octogonal. Néstor Sicher, con un zurdazo bárbaro, convirtió para el equipo dirigido por Alfio Basile. Heber Bueno marcó para el Bohemio. La ida había sido 4 a 0 para los de Avellaneda, que cerraron así una etapa oscura.

No le resultó nada sencillo a Racing transitar esa época lejos de la gloria. En 1984, tras una campaña irregular, hubo caída ante Gimnasia de La Plata en el cruce decisivo por el ascenso y la angustia se extendió en el tiempo. Al año siguiente, se disputaron 42 partidos de la fase regular -17 triunfos, 15 empates y 10 derrotas- y se terminó en el segundo puesto de la Sección A, detrás de San Miguel. No quedó más remedio que ir al reducido: en los cuartos de final, el conjunto de Basile superó a Banfield -victoria por 3 a 1 y caída por el mismo resultado-; y, en la semifinal, dejó en el camino a Quilmes -triunfos por 2 a 0 y por 3 a 1-.

Los once que salieron a jugar el día del regreso a la cancha de River fueron Miguel Wirtz, Washington González, Víctor Longo, Gustavo Costas, Sicher, Ítalo Ortiz, Horacio Cordero, Horacio Attadía, Félix Orte, Daniel Pavón y Walter Fernández. Fernández, además, terminó como el máximo artillero académico con 16 conquistas. Sin que le sobrara demasiado pero con mucho sacrificio, este equipo consiguió lo que se necesitaba con urgencia.

En un nuevo aniversario de un momento que resultó trascendental para nuestra historia contemporánea, la institución se encarga de mantener presentes en la memoria también a los momentos difíciles, porque son los que mantienen alerta la memoria para que algunas cosas no vuelvan a suceder y porque además, dejan bien en claro el sentimiento de lucha y de pasión para sobreponerse a la adversidad que forma parte de la esencia académica.