Plantel Profesional

Chicas de Primera

Domingo 08 de Julio de 2018
Ni el frío ni la lluvia impidieron que la Academia consiguiera el sábado por la tarde el objetivo del ascenso. El equipo de Antonio Spinelli perdió con Real Pilar por 1 a 0 pero igual festejó a lo grande porque había ganado por 2 a 0 en la ida.
Chicas de Primera
Racing fue más que el viento, Racing fue más que la lluvia, Racing fue más que el frío, Racing fue más que un duro rival que hizo todo lo posible por frustrar el sueño del ascenso celeste y blanco. Racing fue más que todo porque un grupo de chicas, en tiempos en los que las chicas empujan al país y al planeta por la senda de la justicia, decidió que valía la pena esforzarse para ser de Primera. Y tanto compromiso y tanta entrega tuvieron su premio el sábado por la tarde ante Real Pilar: el equipo de Antonio Spinelli perdió por 1 a 0 pero, gracias al 2 a 0 a favor en la ida, logró quedarse con el Reducido de la Primera B.

La peleó la Academia desde el arranque porque enfrente se plantó un adversario que, desde la técnica de Leguizamón, intentó ser protagonista para revertir la serie. El despliegue de sus mediocampistas y la intensidad a la hora de recuperar en todas las líneas hicieron que el desarrollo no sumergiera a las de Avellaneda en problemas. Incluso, Brisa Campos contó con una chance inmejorable para abrir la cuenta pero no definió bien. Imprevisible siempre el fútbol, una acción aislada aumentó los niveles de incertidumbre de la historia: las locales encontraron el gol luego de un envío detenido y quedaron a tiro del empate con más de un tiempo por jugarse.

Gran virtud de Racing para encarar el traspié: no hubo desesperación y se continuó aferrado al libreto elaborado por el entrenador En la segunda etapa, las dueñas de casa buscaron atropellar a la visita con más ganas que argumentos futbolísticos. Un par de centros rodearon la manzana de Florencia Mercau y daba la sensación de que la enorme ilusión trastabillaba. Sin embargo, Florencia Romero sacó a relucir su jerarquía en el fondo y Paola Sergio y Hossana Petrusso compensaron la falta de precisión con un sacrificio a prueba de cualquier cosa. Celeste Barbitta ingresó en el tramo final para obstaculizar más aún a Leguizamón y, con el orden como bandera, la Academia se agazapó a la espera de que el tiempo pasara.

Lejos del área propia, con cientos de hinchas alentando en una de las tribunas, Racing atravesó los minutos finales con el corazón en la mano. El pitazo decisivo liberó la tensión y la euforia de las jugadoras y del cuerpo técnico se desató como si no hubiera clima en el mundo capaz de detenerla. Merecida alegría entonces para estas chicas que, a tono con la historia, celebran, celebran y celebran convencidas de que el fútbol, como tantas otras cosas, precisa de ellas. 

Fotos: Juan Carlos Baldovino.

Notas relacionadas

Victoria y fiesta en el Cilindro

Plantel Profesional

En el Cilindro, en casa

Plantel Profesional