Con el gol como la gran ausencia de estas últimas semanas, Racing dio un nuevo paso en falso en la cita de la quinta fecha del campeonato y volvió a morder el polvo de la derrota. En La Paternal y ante Argentinos Juniors, la Academia no mostró ni volumen de juego ni concentración en los instantes adecuados y perdió por 2 a 0 cuando todo hacía creer que el cruce terminaba en empate.

La incomodidad fue la invitada con la que el equipo de Diego Cocca no quiso cruzarse pero a la que no pudo esquivar en la noche del sábado. La presión alta del conjunto local generó toda una serie de molestias que no resultó sencillo resolver. En un terreno pequeño, los intentos celestes y blancos acabaron por lo general en pelotazos largos que partieron de los pies de Miguel Barbieri. Hubo que esperar hasta después de la media hora para presenciar un avance serio de la Academia. Los dirigidos por Alfredo Berti, más sueltos en el campo, generaron algunas aproximaciones de peligro que no terminaron bien. Por un problema físico, Diego González debió salir antes del descanso. El ingreso de Matías Zaracho significó un soplo de aire fresco porque su movilidad permitió que la pelota no regresara tan rápido a los pies de los adversarios.

Se plantó mejor Racing en el inicio del complemento porque, por las bandas, encontró huecos para llevar el encuentro más cerca de Lucas Chávez. Si bien es cierto que no produjo ocasiones de riesgo, la realidad es que ya no padeció el desarrollo como en el primer tramo del duelo. Con varios envíos detenidos, consiguió ofrecer alguna sensación de superioridad. El dueño de casa, ya sin su versión más intensa, apeló a lastimar con sus veloces punteros y estuvo muy cerca en una corrida de Braian Romero. La entrada de Maximiliano Cuadra por Brian Mansilla buscó darle más desequilibrio a la visita por el sector izquierdo. Algo similar persiguió el técnico cuando le dio la chance a Andrés Ibargüen.

Pero el que festejó fue Argentinos. Faltaban tres minutos cuando Romero capitalizó un pase profundo y lanzó un centro cruzado que Mauro Quiroga conectó de cabeza. Sin luces para atacar, sin imaginación para doblegar a un oponente con las ideas claras, Racing no acumuló méritos para empatar y, como si fuera poco, en el descuento sufrió el segundo gol a través de un tiro libre de Leonardo Pisculichi. La posibilidad de crecer en la tabla se escurrió de las manos de un equipo que deberá trabajar para levantar vuelo.

Fotos: Paola Lara.