A nadie le gusta perder pero la realidad es que, en esta etapa preparatoria, lo importante es ir construyendo sensaciones positivas pensando en la competencia oficial. Y Racing, que venía de caer ante Temperley sin convencer, expuso argumentos interesantes en el clásico de verano y por eso pudo remontar la desventaja y terminar empatando 2 a 2 cuando la noche se moría. En los penales, que al fin y al cabo son una anécdota en este momento del año, la Academia tuvo que soportar la derrota ante Independiente. 

Nada extraño: se jugó desde el arranque con la intensidad de cualquier clásico. Detalle novedoso: la propuesta del equipo de Eduardo Coudet poco tuvo que ver con lo que mostró Racing durante el semestre pasado. Aun sin el rodaje necesario para emitir juicios contundentes, las intenciones quedaron nítidas desde el arranque porque los de celeste y blanco buscaron ser protagonistas a partir de la presión alta y de la tenencia prolija de la pelota. No demoraron en llegar las situaciones de peligro. Licha imaginó una chilena que pasó cerca y el conjunto de Ariel Holan respondió con un avance profundo por izquierda. 

El cero se rompió a los ocho minutos. Leandro Fernández, de penal, destrabó un encuentro que no tenía hasta ese entonces ningún dominador. Sin verse superado en el desarrollo, Racing no encontró con facilidad cómo interrumpir las transiciones rivales y ofreció huecos en su defensa que Independiente no desperdició. De hecho, a los 21, otra vez apareció Fernández para empujar a la red y estirar la ventaja. Rápido de reflejos, en la primera que le quedó, Lautaro Martínez puso su olfato al servicio de la causa y descontó para que el ánimo no pudiera derrumbarse. La expectativa, sobre todo a partir de las intervenciones precisas de Neri Cardozo, estaba intacta cuando llegó el descanso.

No aflojó la Academia en el inicio del complemento y trató de adueñarse del partido. Diego González fue importante para incomodar al Rojo en la salida y los demás despegaron ante cada recuperación efectiva. Fue Lautaro el que, tras uno de esos quites, quedó cara a cara con Martín Campaña. Su definición, esta vez, no tuvo pericia. A la caza de alternativas, Brian Mansilla reemplazó a Cardozo y Maximiliano Cuadra hizo lo propio por Matías Zaracho. De cara al tramo final del encuentro, la Academia apostó por el desequilibrio individual contra las bandas y ya no tanto por la asociación en la mitad del campo. Para la arremetida final, entraron Enrique Triverio y Alejandro Donatti, quien se ubicó también dentro del área adversaria. Y tanto riesgo tuvo premio cuando, a los 43, Lautaro –siempre Lautaro- halló una pelota perdida y la mandó contra un poste.

En los penales, fue suerte o verdad. Y, aunque Juan Musso atajó el primero, fallaron Donatti, Triverio y Lautaro y el triunfo fue de Independiente. La Academia, que ya pondrá la cabeza en el campeonato local, demostró que, si se lo propone, está para grandes cosas.

Fotos: Juan Carlos Baldovino.