Fútbol Masculino

Vuele, Racing, vuele

Jueves 19 de Abril de 2018
La Academia ganó, gustó y goleó en una nueva noche de copa. Fue 4 a 0 al Vasco da Gama en un Cilindro que lució repleto. Centurión, Lautaro, Zaracho y Licha hicieron los goles. El equipo de Coudet es puntero del Grupo 5 de la Conmebol Libertadores.
Vuele, Racing, vuele
Los planetas se alinearon, Racing le puso brillo y contundencia a la jerarquía de sus piezas y sumó así un triunfo fundamental para mantener de pie su ilusión de dar batalla en la Libertadores. En la tercera fecha del grupo, la Academia ratificó en casa que quiere ser cosa seria y, de la mano de sus pibes, goleó al Vasco da Gama por 4 a 0 para quedar en lo más alto de la zona.

Se sabía que la ausencia de Cardozo iba a pesar en el desarrollo del juego porque su sociedad con Domínguez suele ser el inicio de toda posibilidad de imponer condiciones. Lo que no estaba tan claro de entrada era que Zaracho, su reemplazante, iba a ser determinante para que el primer tiempo terminara en sonrisa. Además de asociarse en corto y de entender cómo ocupar los espacios, desequilibró a partir de un brutal cambio de ritmo e intervino en las jugadas de los dos primeros tantos. El primero llegó a los 32, luego de que el conjunto brasilero dilapidara varias ocasiones de peligro. Zaracho recuperó alto y aceleró, Licha dio un pase milimétrico y Centurión definió a pura potencia. Dentro de la misma ráfaga de entusiasmo,  seis minutos más tarde, otra vez gambeteó Zaracho y otra vez asistió Licha. Pero esta vez el gol se llamó Lautaro, que hacía cuatro encuentros que no podía encontrarse con la red. Antes y después de los gritos, el capitán pudo haber marcado de penal pero Martín Silva, especialista cuando le patean desde los doce pasos, le adivinó las intenciones. 

En el comienzo del complemento, antes de que a la visita se le ocurriera reaccionar, Zaracho atacó a toda la defensa como si ni nada ni nadie pudiera detenerlo, dejó pintado al arquero y estampó el tercero para guardarse en los oídos una ovación que difícilmente vaya a olvidarse. Era su noche y, a partir de ahí, Racing se movió a su ritmo y construyó una telaraña de pases para que el fútbol aflorara en cada rincón. Ulises Mereles, el árbitro que se volvió también protagonista en Avellaneda, sancionó una nueva infracción contra Saravia adentro del área del Vasco da Gama. Con el recuerdo Martín Palermo en la Copa América 1999 encima, Licha asumió la responsabilidad: su derechazo cruzado se clavó en un rincón y pidió perdón por lo anterior con la certeza de saberse aplaudido para siempre. 

Barbieri reemplazó a Sigali, Meli hizo lo propio en lugar en Centurión y Brian Mansilla ocupó el sitio de Lautaro. Con tanta diferencia en los números, las variantes no alteraron el funcionamiento y la Academia se floreó sin sufrir zozobras en el fondo. La pelota siguió perteneciéndole a Domínguez y Zaracho, futbolista de toda la cancha, hasta se dio el permiso de estrellar un cabezazo en el travesaño apareciendo por sorpresa como centrodelantero. Necesitado de ganar, Racing cumplió con creces en esta tercera cita copera y demostró que tiene el hambre que se precisa para soñar en grande.
 

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