Fútbol Masculino

Los goles salieron de casa

Viernes 20 de Abril de 2018
En una nueva noche de alegría y goleada copera para la Academia, el triunfo vino de la mano de los jugadores surgidos en la cantera del club. Una vez más pensar en el Predio Tita Mattiussi fue sinónimo de alegría y de orgullo.  
Los goles salieron de casa
El canto entonado al unísono por los racinguistas baja a toda velocidad, tanto desde la popular y la platea con destino certero de campo. Adentro de la cancha los jugadores levantan sus brazos y aplauden en dirección a todos los rincones del coliseo académico, mientras transmiten desde sus gestos una alegría que no pasa inadvertida. Terminó una nueva noche de copa en Avellaneda con un triunfo. Y otra vez los hombres surgidos de la inagotable cantera del club fueron fundamentales para que el equipo volviera a festejar ante su gente. El fútbol y los goles de Racing estaban en casa. Y surgieron en casa.

En la última presentación por el torneo local ante Defensa y Justicia ya se había dado una situación que en, mayor o menor medida, es moneda corriente desde hace larga data: la presencia de juveniles surgidos de inferiores entre los integrantes del once académico en cancha. De este modo en Florencio Varela llegó a haber siete jugadores formados en el Predio Tita Mattiussi. Y ayer en la goleada ente el Vasco da Gama brasileño los cuatro tantos de la noche de fiesta salieron de los pies de futbolistas formados en nuestro suelo.  

Por eso la emoción al ver a Centurión con su típico baile de festejo, luego de ese derechazo furibundo que abrió el marcador. Por eso la alegría al observar a Lautaro tras reencontrarse con el gol, luego de varios partidos sin marcar, en el tanto que amplió la ventaja. ¿Y qué decir del golazo de Zaracho? Nada. Sólo aplaudir de pie una jugada excelsa que acabó con una definición digna de un jugador con muchos años de profesional. Pero faltaba el gol de del capitán. Faltaba el grito de Licha. Y más allá de haber fallado dos penales antes de pararse por tercera vez ante la pelota, el símbolo del equipo no lo dudó. Corrió con firmeza, cruzó su derechazo y gritó el gol de cara a toda su gente, pidiendo disculpas silenciosas por las ocasiones que no había marcado antes de ese momento.  

Todos son nuestro orgullo. Todos visten y representan los colores que amamos. Todos salieron del Predio Tita Mattiussi; esa casa que representa a los académicos y que sigue formando a grandes futbolistas, a la altura de una institución como Racing Club.

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