Fútbol Masculino

Se escapó sobre el final

Martes 14 de Agosto de 2018
Racing ganaba 2 a 0 en el Monumental José Fierro pero se descuidó y Atlético Tucumán se lo empató en el complemento. Licha López y Gustavo Bou convirtieron para el equipo de Eduardo Coudet.
Se escapó sobre el final
De poder golear a poder perder. De debutar con una sonrisa a quedar a unos centímetros de un batacazo en contra. Racing tuvo un primer tiempo para la gloria y una segunda mitad que terminó resultando una tortura. ¿Qué ocurrió en el medio? ¿Por qué no consiguió asegurar lo que parecía seguro? ¿Por qué trastabilló ante el vendaval? Difícil saberlo. Lo cierto es que, en el estreno en la Superliga, la Academia, que se imponía con holgura por 2 a 0, dejó escapar una buena oportunidad para arrancar con el pie derecho y empató 2 a 2 con Atlético Tucumán en el Monumental José Fierro.

El inicio fue bárbaro. Control de pelota, utilización del ancho del campo y profundidad al momento de atacar. Eugenio Mena, en su estreno, se ofreció como salida limpia y Neri Cardozo y Matías Zaracho se plantaron como organizadores del juego. Un tiro en el travesaño y una doble tapada de Cristian Lucchetti fueron los argumentos por los que la visita no lastimó enseguida. Sin embargo, antes de la media hora, una genialidad de Licha López acabó en la red. En un escenario que rebalsaba de comodidad, Gustavo Bou aprovechó un avance punzante para estampar el segundo. Lo podía afirmar cualquiera: nada podía salir mal. ¿Nada podía salir mal?

Con un espíritu que estuvo lejos de quebrarse, el conjunto de Ricardo Zielinski no se dio por vencido. Y fue. Y fue. Y fue. Por lo general, a través de envíos largos a dividir en busca de la segunda pelota. Y se fue arrimando. Con espacios, Racing no logró capitalizar los contragolpes con los que contó. Y tampoco encontró la fórmula para defenderse a partir de la tenencia. Bou no acertó en algunos movimientos, Licha debió retrasarse más de lo habitual y a Zaracho, siempre el más lúcido, se le fue alejando el eje de la escena. Leandro Díaz amenazó una vez. Gervasio Núñez, que entró desde el banco, también. El descuento lo hizo Guillermo Acosta al capturar un balón a la altura de la medialuna. Marcelo Díaz pisó el césped para ayudar a Domínguez pero no halló su lugar. Ricardo Centurión reemplazó al capitán pero tampoco incidió demasiado. Y, a poco del cierre, Rodrigo Schlegel se sumó a los centrales para aguantar durante el tramo decisivo.

El empate estaba al caer. David Barbona, con un buen tiro de media distancia, fue el encargado de nublar del todo la noche de la Academia. En pleno desconcierto, envuelto en un lógico sacudón emocional, Racing temió lo peor: Díaz desperdició una ocasión inmejorable en el descuento con un remate mordido que salió por encima del travesaño. Con la pena de no haberlo cerrado, con la bronca por no haber sonreído, habrá que poner la cabeza en lo que viene. El campeonato es largo y esto recién empieza.
 

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