Que una cancha difícil, que un rival complicado, que la lluvia, que la presión de estar en la cima. Ningún obstáculo fue suficiente para detener la marcha de Racing, que volvió a pisar fuerte para dejar en claro que va por todo en la Superliga: por la séptima fecha del campeonato, derrotó a Argentinos por 2 a 0 en el Estadio Diego Maradona, alcanzó su sexta victoria al hilo y se abrazó de nuevo a la punta. 

No le ocurrió al equipo de Eduardo Coudet que las dimensiones del terreno alteraran la idea. Pelota al piso desde Gabriel Arias para intentar imponer condiciones con Marcelo Díaz –a esta altura, un clásico- manejando los hilos del equipo. El chileno funcionó como vértice, leyó las necesidades del partido como ningún otro e hizo lo que cada acción demandaba. La muestra más elocuente fue que, pese a ser presionado por la nutrida línea de volantes local, apenas falló un pase en la primera mitad. El gol llegó sin que la Academia hubiera generado tanto. Iba media hora cuando, con Matías Zaracho a la cabeza, un contragolpe punzante despabiló la noche: Pol Fernández asistió a Augusto Solari a pura calidad y, luego de que la maniobra se ensuciara, Jonatan Cristaldo puso la cabeza para destrabar el cero. La temprana salida de Alejandro Donatti sembró un dejo de preocupación pero Leonardo Sigali se acopló enseguida a la zaga y Argentinos no consiguió producir riesgo.

Licha López enfocó la red, trotó hasta la pelota y definió cruzado para estampar el segundo. Racing encontró el segundo desde los doce pasos en el primer avance del complemento. A Fernández lo agarraron de la camiseta, Jorge Baliño cobró y el capitán no perdonó. La ventaja trajo calma para la visita y desesperación para el dueño de casa. Sin perder el orden y con margen para lastimar, la Academia se defendió desde la tenencia prolija y dilapidó varias oportunidades de ampliar la diferencia. Nery Domínguez entró por Zaracho, Díaz se adelantó unos metros y, ya sin la obligación de regresar entre los centrales, se floreó como para que a nadie le quedara dudas de quién era el mejor del encuentro. Ricardo Centurión pisó el césped por Cristaldo en su vuelta tras la lesión y contó con la posibilidad de exponer parte de su repertorio.

Sin ningún sufrimiento en el horizonte, la Academia aguardó entre comodidades el final, dio un paso más en la dirección deseada y estimuló la ilusión de su gente, que ahora mismo ya está pensando en lo que será el duelo con Boca del próximo domingo.

Crédito fotográfico: Fotobaires.