Ganar en Brasil no es tarea sencilla para nadie. Y Racing no es la excepción a la regla. Más allá de que durante los últimos años viajó varias veces, no consiguió quedarse con los tres puntos. De hecho, la última vez que festejó fue el 15 de agosto de 1998 por la Copa Mercosur: ante Corinthians, en el Morumbí, el equipo que por aquel entonces dirigía Ángel Cappa venció por 2 a 1 para volverse el primer argentino en festejar en el mítico estadio de San Pablo. Luis Villalba y Pablo Bezombe convirtieron para alegría de los cientos de hinchas que alentaron detrás de uno de los arcos. 

La apertura del marcador llegó a los 14 de la primera etapa. Las crónicas de la época aseguran que Pablo Michelini recuperó, que Maximiliano Estévez armó el ataque y que Villalba, quien habitualmente era suplente, definió con categoría. Marcelinho Carioca empató pero la Academia, sin desesperarse, aguardó por su chacne para lastimar. Bezombe, que estuvo en el club entre 1998 y 1999, le contó al sitio oficial el detalle de la obra de arte que acabó en la red: “El Chelo Delgado la agarró casi en tres cuartos de cancha y pateó de bastante lejos con su típico tres dedos. El arquero dio un rebote largo, a la altura de la medialuna. Yo venía entrando, tiré una tijera, la enganché justo y la metí en un ángulo”.

Si la pirueta resultó fantástica, la celebración también tuvo su particularidad. Bezombe lo relató con la nostalgia de quien sabe que la vida ofrece momentos inolvidables: “En la entrada en calor, vimos que había unos teléfonos rojos detrás del arco y dijimos que, si hacíamos un gol, lo íbamos a festejar simulando que hablábamos. Pero fue tanta la alegría que me olvidé y me fui a gritarlo al banco con mis compañeros”.

La Conmebol Sudamericana le pone delante de los ojos a Racing una nueva posibilidad de hacer historia. Será cuestión de ver si se rompe el maleficio en el Arena Corinthians.

Foto: Gentileza Olé.