Fútbol Masculino

Clásico, punta y fiesta

Sábado 23 de Febrero de 2019
Racing jugó con hambre de campeón, le ganó por 3 a 1 a Independiente en el Libertadores de América y volvió a quedar en la cima del campeonato. Alejandro Donatti, Lisandro López y Matías Zaracho convirtieron para la Academia.
Clásico, punta y fiesta
Lisandro López aceleró como si fuera un pibe, como si la historia recién hubiera empezado, como si las piernas no supieran qué es el cansancio. Lisandro López la tiró por un lado, la buscó por el otro, encaró hasta la raya de fondo y asistió a un compañero. Lisandro López, con la generosidad como bandera, se llenó la boca de gol aunque no le hubiera tocado a él empujarla a la red y soltó una mueca ante una certeza irrevocable: el clásico de Avellaneda, en el Libertadores de América, se lo quedaba la Academia. Fue por 3 a 1, fue para asegurarse la punta de la Superliga, fue para ratificar la ilusión de abrazar la gloria.

Una fórmula repetida para arrancar como cualquiera hubiera querido arrancar. Cuatro minutos iban cuando Pol Fernández ejecutó un córner desde la izquierda para que Alejandro Donatti saltara por encima de todos y metiera la pelota, tras un desvío en Guillermo Burdisso, en el arco local. Ya antes de eso el equipo de Eduardo Coudet había demostrado voluntad de ser protagonista a partir de una posesión prolija y de calidad. La apuesta fue acumular gente alrededor del círculo central para imponer condiciones desde la superioridad numérica en esa zona. Sin embargo, Independiente se recuperó relativamente pronto del golpe y empezó a hacer de la intensidad en los duelos individuales un punto desde el que arrimarse a Gabriel Arias. De hecho, el arquero académico brilló en dos ocasiones para evitar el empate. Simple en la elaboración y decidido a avanzar por afuera, el dueño de casa acumuló méritos hasta que Fernando Gaibor igualó poquito antes del descanso.

Antes de que el anfitrión pudiera mostrar que el envión se sostenía, Racing golpeó de nuevo a partir de la jerarquía de sus delanteros. Darío Cvitanich la peleó contra un costado y recibió una infracción adentro del área. Y Licha, goleador del certamen, definió contra un rincón cuando el reloj marcaba ocho del complemento. Ya estaba Nery Domínguez en la zaga y, para compensar la propuesta de Independiente de insistir por las bandas, ingresaron Augusto Solari y Julián López. Con dos líneas de cuatro, la visita corrió, metió y resistió todo lo que le tocó resistir. En el medio, Arias expuso un nivel antológico y le ahogó el empate a Cecilio Domínguez en un mano a mano para el infarto. En el descuento, con Independiente lanzado con lo último, llegó el tercero para que el desahogo y el liderazgo de la Superliga fueran completos. 

De Racing fue el clásico, de Racing fue la fiesta. De Racing es el gran sueño.

Crédito fotográfico: Fotobaires.

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