Fútbol Masculino

El motor del mediocampo

Lunes 11 de Noviembre de 2019
Marcelo Díaz fue una pieza fundamental en el andamiaje de la Academia en el triunfo ante Huracán. Gracias a su manejo de los espacios y de los tiempos el Chelo pudo transformarse en eje para la generación de fútbol en el equipo, tanto desde la lectura del juego como desde la gestación; con base en una alta efectividad tanto en los toques a sus compañeros como en los pases largos para progresar en la ofensiva.      
Su labor fue incansable, como siempre. La entrega y el sacrificio adentro de la cancha no se negocian. Y el Chelo Díaz sabe muy bien moverse bajo esos preceptos. Una vez más la entrega adentro de la cancha del mediocampista chileno se evidenció desde el despliegue físico, pero se hizo visible mucho más desde un costado muchas veces invisible o que pasa desapercibido a lo largo del partido: el manejo de los tiempos y de los espacios para generar juego, tanto asociado en la faceta de posesión como ofensivo en la faceta de gestación. 

Frente a Huracán se volvió a ver una versión del chileno digna de su sello. Esa que hizo que Racing quisiera contratarlo en su momento, con la decisión firme de que adentro de la cancha el jugador podría aportar su fútbol para que el equipo lograra un salto de calidad y aspirara a cosas importantes. El título conseguido en la última Superliga, así como las actuaciones destacadas adentro de la cancha reafirman el concepto de lo importante que resulta Díaz adentro de la estructura del equipo comandado por el Eduardo Coudet. Y ayer frente a Huracán el mediocampista central volvió a poner su juego al servicio de Racing, para que el triunfo dejara de ser un anhelo al inicio del partido y se transformara en una realidad antes de su final.

Con la pelota en los pies el Chelo no dejó lugar a dudas y estuvo casi perfecto a la hora de buscar a un compañero. De esta manera contabilizó 69 pases correctos sobre 75 ejecutados; lo que da un porcentaje de efectividad del 92% . Casi implacable. Y cuando tuvo la pelota bajo su botín derecho para gestar juego hacia adelante, el trasandino también demostró categoría: de 12 pelotas largas que jugó, estuvo acertado en 10 a la hora del armado ofensivo. Pero además también mostró entereza en otros aspectos que forman parte de su juego, como los quites en disputa (tanto aéreos como por el suelo), los despejes, las intercepciones y hasta se animó a rematar al arco en una ocasión. Definitivamente, una de las claves futbolísticas para entender el triunfo que dejó a la Academia de nuevo adentro de la conversación por el título.          

Foto: Paola Lara.

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