Lo pudo haber ganado y lo pudo haber perdido. Pero lo empató para ratificar que el equipo está en un proceso de crecimiento para ser protagonista en todos los frentes. Con la voluntad de jugar intacta pero sin poder enhebrar la mejor actuación, Racing empató con Newell’s 1 a 1 en el Cilindro en el cruce de la vigesimoprimera fecha de la Superliga. La Academia, que todavía no sabe lo que es perder en este 2020, dio así un paso más en la construcción de un equipo sólido que salga a pensar en el arco contrario en todas las canchas.

La presión alta del conjunto de Frank Kudelka se volvió desde el arranque un problema de difícil solución. Tapado Marcelo Díaz en la salida, el circuito de tenencia no fluyó como ante San Lorenzo y la consecuencia fue que las maniobras colectivas de elaboración compleja asomaron sólo de a ratos. Pablo Pérez y Maximiliano Rodríguez se asociaron alrededor del círculo central para complicar a la defensa local y el travesaño salvó a Gabriel Arias en cuanto comenzó el encuentro.

La apertura del marcador llegó a los 38 de la etapa inicial luego de una buena acción por derecha que Leonel Miranda terminó con un potente remate que Alan Aguerre no alcanzó a desviar. Parecía más obra de la contundencia que del mérito el resultado cuando llegó el descanso. En el complemento se intensificó la acumulación de argumentos de Newell’s, que obligó a Arias a volar de modo extraordinario contra su palo derecho para evitar la igualdad. Sin embargo, a los 20, a la salida de un córner, Palacios aprovechó una serie de errores defensivos para convertir.

La reacción tuvo como vértice el ingreso de Benjamín Garré, quien hizo su estreno con esta camiseta. Desequilibrante contra la banda derecha, su gambeta produjo la ilusión de que el triunfo era posible. Ya había entrado Darío Cvitanich y, un poco después, lo haría Alexis Soto. No fue suficiente para ganar pero sí pero para que la noche del viernes acabara con la esperanza de que hay con qué apostar a la Libertadores.

Crédito fotográfico: Fotobaires.