Fútbol Masculino

“Este plantel es de lo mejor que me tocó”

Viernes 17 de Abril de 2020
Nery Domínguez pone a Racing en lo más alto en su rica trayectoria. “El equipo hace rato que asumió un estilo bien definido y se lo reconoce por eso”, dijo el gladiador del clásico. Y recuerda con una sonrisa el derby de febrero: “Muchos pensaron que yo estaba haciendo tiempo”.  
“Este plantel es de lo mejor que me tocó”
Le atribuyen condiciones metafísicas porque cada club que lo tuvo en su nómina, celebró una consagración. Antes que talismán que garantiza vuelta olímpica, Nery Domínguez representa el ideal pretendido por cualquier entrenador. El cañadense cuenta con atributos suficientes para convertirse en objeto de deseo: pegada exquisita, capacidad de distribución desde el centro del campo, desplazamientos exactos, juego aéreo, adaptabilidad a posiciones defensivas, compromiso para el desempeño en diferentes ubicaciones y un coraje blindado.
La imagen que perdura del último clásico con Independiente condensa la mayoría de ese muestrario. “La jugada en la que me lesioné se dio en el córner siguiente a la expulsión de Cecilio Domínguez. Recibí un golpe en la cabeza, de atrás, que provocó el corte y también la dislocación del hombro izquierdo, que se agravó en la caída. Me comentaron que parecía que yo estaba haciendo tiempo. Si hasta algunos ex compañeros de Independiente se acercaron para decirme que me apurara, pero enseguida se dieron cuenta de que estaba con un hombro salido de lugar y con sangre en la cabeza. No podía mover el brazo y tenía mucho dolor, pero jamás se me ocurrió salir, ni loco…”, le comenta a la web oficial, a la que también le recuerda el destino de unas camisetas que cotizan como tesoro: “La primera camiseta, muy manchada, me la tuve que cambiar para volver a entrar. Me ayudaron con eso porque yo solo no podía. Esa se la di al osteópata (Héctor González) y la segunda, a la que le hicieron el agujero para que yo pudiera colgar el brazo izquierdo, fue para mi esposa (Yael), como recuerdo”.

Más allá del derby de febrero (“un clásico siempre deja muchas cosas, te marca… y más uno como el último que ganamos. Será recordado por siempre y para nosotros eso tiene un valor muy especial. La gente te hace saber a cada momento lo que significó ese partido. A mí eso me produce mucha alegría y satisfacción”), Domínguez se para en el presente de cuarentena y prevenciones extremas en resguardo de la salud, arduo y complicado para todos… “Pasamos el tiempo con mi señora y nuestros hijos. Ellos se sorprenden de verme todo el tiempo casa. Pero tienen una edad que, sin olvidar que son chicos, les permite entender la situación. Tratamos de ayudarlos en las tareas del colegio y de que la obligación de estar en casa les resulte lo más llevadero posible. Mis padres y mi hermano están en Rosario. El contacto es permanente. Estoy muy pendiente del día a día de ellos, sobre todo de mi mamá, que trabaja en un sanatorio y, obviamente, tiene una exposición mayor en este contexto. Y también llamo a mis abuelos y tíos, que están en Cañada de Gómez, donde yo nací”, confiesa.

El cambio urgente y drástico de rutina demanda tranquilidad y tolerancia, porque aún hay bastante por delante. Ayer nomás, 30 días de alteración en los planes de trabajo sonaban a exageración. Nery lo admite… “Parece increíble pero ya pasó poco más de un mes desde que jugamos por última vez. Lo único que podemos hacer es tener paciencia y aceptación para adaptarnos a una situación muy complicada, de la que nadie en el mundo tiene registro. Por supuesto que, como todos, queremos que esto se normalice cuanto antes, pero no está en nuestras manos. Cuando nos toque volver seguramente habrá pasado mucho tiempo más que el habitual en un receso, porque entre temporada y temporada, a lo sumo podés pasar un mes sin actividad”. El tiempo, ahora, transcurre “con las rutinas que nos dieron cuando se cortaron los entrenamientos en el club, justo cuando veníamos en pleno crecimiento y afianzando lo que habíamos empezado en la pretemporada con Sebastián (Beccacece) y su grupo de trabajo. Hay un seguimiento individual permanente por parte del cuerpo técnico. Y dos veces por semanas hacemos una actividad colectiva, todos juntos de manera virtual. Y también dos veces por semana entrenamos con estímulos cognitivos. Tenemos el compromiso de no desenfocarnos, dentro de lo posible, y de mantener un plan para que el regreso nos encuentre de la mejor manera teniendo en cuenta este contexto tan particular”.

¿Volante o marcador central? Para él no hay dilema. Es más, la posibilidad de dar prestaciones en diferentes puestos es una meta recomendable en la formación profesional. Y lo explica: “Sin dudas le recomendaría a un chico que se formó y juega como volante central que pruebe también como defensor central. Hay un par de razones que considero clave: el panorama y el pase que en general se necesitan para pararse en el medio de la cancha sirven mucho si tenés que bajar al centro de la defensa. Otro aspecto fundamental es que me gustan los jugadores que se pueden adaptar a diferentes posiciones porque le dan riqueza a un plantel y variantes a un cuerpo técnico. Y en lo personal, si uno está dispuesto a aprender y el técnico te da esa chance, sin dudas poder jugar en más de un puesto te agrega valor. En Racing, por suerte, hay varios que pueden desempeñarse en más de un puesto. Por eso contamos con un plantel muy completo en lo futbolístico y en lo humano”.

Nery no exagera, sino que pone en palabras lo que ha visto como protagonista y también como testigo ocasional, como en la presentación en Mar del Plata, último antecedente hasta que la pelota vuelva a rodar de manera competitiva. “Con Aldosivi, por la quinta amarilla que recibí contra Estudiantes, me tocó verlo de afuera. Eso me permitió ratificar, como espectador, lo que percibo adentro. Racing puede tener desniveles o, como pasó en ese último partido, cometer algunas desatenciones en el arranque que lo pueden complicar. Pero lo más importante es que siempre da la sensación de que va a convertir, de que es capaz de generar mucho en ofensiva por el ataque sostenido que hacer.  Racing ya tiene una marca, un estilo reconocido de juego que llegó con el Chacho (Coudet) y se afianzó con Seba (Beccacece). Hace rato que asumió un estilo bien definido y se lo reconoce por eso. Más allá de matices de cada cuerpo técnico, los dos comparten la idea de presionar alto, de mantener el protagonismo siempre, sin importar el escenario y rival que toquen, de buscar adueñarse de la pelota y apuntar al arco rival. Acá hay jugadores para hacerlo”, asegura. Y va más allá: “Este plantel es de lo mejor que integré. Me tocó compartir muy buenos equipos, como Central, donde debuté en Primera y estuve mucho tiempo. Pero éste de Racing es excelente. Y lo humano es algo muy importante. El mejor ejemplo es cómo se integra cada jugador que llega: el conjunto lo hace sentir parte de inmediato y eso hace que la adaptación se dé muy fácil”.
 

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