Historiadores, sociólogos, los diversos especialistas en el estudio de la conducta colectiva y estructuras sociales, aseguran que las grandes crisis, los cambios de época, representan oportunidades y desafíos. Porque se ponen en juego convicciones, se interpelan valores y se afrontan determinaciones lejos de la comodidad y certezas que otorga la vida cotidiana, establecida por las regulaciones y costumbres habituales. El estremecimiento que ha provocado la pandemia del coronavirus en el día a día, tal como se conoció hasta el 20 de marzo, con una alteración urgente y profunda en la dinámica comunitaria e individual, representa un ejemplo exacto de ese quiebre.

Racing, como a cada club de la Argentina -sin distinción de tamaño y antigüedad-, le ha tocado asumir un contexto que exige respuestas acerca de qué y cómo gestionar con recursos acotados pero, a la vez, con demandas multiplicadas. Porque exceden por mucho la rutina de una institución deportiva con fútbol profesional como actividad más notoria. Racing sabe de esto, y mucho: su tradición para asistir a los sectores más desprotegidos es un registro histórico, avalado por el prestigio de su departamento de Responsabilidad Social.

"Nos vamos cansados por toda la tarea, que fue mucha durante varios días para que todo esto saliera de la mejor manera. Pero lo más importante es que nos vamos felices y orgullosos porque, con esta jornada, Racing resumió su esencia: una asociación civil sin fines de lucro, dispuesta a dar una mano a los más desprotegidos, en especial en esta situación de extrema dificultad que ha generado la pandemia coronavirus", resumió Norberto Perrone, máximo responsable de la Sede Capital, en Villa del Parque, como síntesis de un día pleno para cobijar a los desamparados. Hubo una organización sincronizada, que reunió a voluntarios y representantes de distintas áreas del club (admistrativas, Racing Solidario, etc.) y que tuvo a Alfredo Chiodini, vicepresidente segundo, como referente principal de la CD en el lugar. También se verificó la mancomunión entre clubes, porque Lanús contribuyó con la donación de 20 kilos de papas, en un gesto destacado especialmente por las autoridades de Racing.

La preparación y entrega de viandas, difundida durante toda la semana, alcanzó una dimensión enorme, ya que en el edificio de Nogoyá 3061 se preparon 150 kilos de guiso (pollo y fideos, primordialmente) que permitieron la distribución de poco más de 700 unidades. Pero no fue sólo eso: hubo bolsas con verduras, leche y también ropa, que fue seleccionada según las prioridades de cada persona que la solicitaba. Desde temprano y con total apego a las medidas sanitarias (tapaboca para todos los que se sumaron a la movidad, observación de las cláusulas de higiene), se desarrolló el programa previsto para que después, desde las 12 a las 15, se cumpliera el plan trazado. Como debe ser y como es en Racing.

Fotos: Paola Lara