El Club

¡Divino!

Sábado 24 de Febrero de 2024
Racing jugó el Clásico de Avellaneda como debe ser: tuvo carácter, estrategia, orden y fútbol. Así le ganó de visitante a Independiente por 1-0, un resultado que se quedó corto, sobre todo por la diferencia en la cantidad de situaciones para convertir que generó cada uno.
¡Divino!
La receta tuvo los ingredientes justos, en proporciones acordes a las exigencias gourmet: Racing tuvo lo que hay que tener para ganar el Clásico de Avellaneda y sin complejos en terreno visitante. Gustavo Costas aplicó la estrategia adecuada, el conjunto asoció orden con juego y todos, los de adentro y los de afuera, mostraron el coraje y la determinación para asumir este partido con la consigna siempre presente: "Los clásicos se ganan".

Y Racing lo hizo con paciencia, con la certeza de que lo planeado sería ejecutado con eficacia y resultado positivo. Huibo un comienzo con ligera zozobra, la previsible presión local que pretendió instalar la presión alta para incomodar en el inicio de la circulación. Salvo ese inicio, esos primeros diez minutos con desequilibrio en velocidad de Luna -el que más inquietó del rival, responsable de las amonestaciones de Rubio y Mura-, Racing hizo las corrrecciones necesarias sin demora (calibró los pases y achicó espacios entre volantes y defensores- y empezó a instalarse en terreno ajeno. Eso derivó en un cambio de tendencia que se consolidó y se sostuvo durante la casi totalidad de los 80 minutos restantes. Racing, ya en el primer capítulo, pudo haber convertido cuando logró asociar pase y combinar ese circuito con salidas largas.

Superado ese instante de presión alta de Independiente, Racing se acomodó, construyó con Almendra como eje y buscó a Salas y Martínez, que impusieron rigor en el mano a mano. Justamente, un centro al ras de Salas que el punta no llegó a empujar fue el aviso inicial. Que de inmediato se ratificó en un remate de Salas tapado por Rey luego de un pase exacto de Almendra. Lo que pensó Costas se verificó en el césped: Racing usó un dispositivo con tres centrales y dos laterales subidos para frenar a Independiente por las bandas. En cuanto Racing resolvió el primer pase, el doble pivote (Zuculini-Almendra) empezó a funcionar para la cadena de pases en diferentes ritmos y direcciones.

Afirmado en Sosa y García Basso para reducir a Ávalos, Racing no perdió la soltura y reafirmó el dominio en la segunda parte, con otro aporte estupendo de Adrián Martínez. El 9 desgastó a toda la defensa, aguantó la pelota, se conectó con Salas y definió el paso-gol de Zucu con un pase de ballet que desparramó a Rey.

El 1-0 fue precio de oferta, porque Racing creció aún más y dispuso de otras ocasiones -un remate de Almendra apenas desviado fue la más nítida- para que el derby tuviera una chapa acorde al desarrollo. Será, al cabo un detalle, porque la sustancia se ve con claridad: hubo un equipo con autoridad única... Racing, por supuesto.

Fotos: Paola Lara.

 

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