Efemérides

Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir...

Jueves 10 de Febrero de 2022
Hoy cumple 89 años Humberto Dionisio Maschio, una de las máximas glorias de nuestra historia. Tipo bien de Avellaneda y formado de manera íntegra en Racing, fue uno de los grandes de su tiempo. El Bocha participó en las selecciones de Argentina e Italia, la rompió en varios clubes del Viejo Continente y, en especial, ganó todo con la Academia: el torneo local, la Libertadores y la Intercontinental. 
Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir...
Humberto Dionisio Maschio es de Racing desde la cuna. Nacido el 10 de febrero de 1933 en el barrio de Piñeyro dentro de Avellaneda, siempre fue un alguien diferente. Después de dar sus primeros pasos en Arsenal de Lavallol y en Quilmes, llegó a la Academia en 1954 y enseguida llamó la atención por su calidad para manejar la pelota y por su claridad para ser el organizador del equipo. Ubicado como delantero, en 1955 terminó como el máximo artillero del conjunto con 18 tantos.

Fenómeno en todas las facetas, demostró ser un crack en los distintos aspectos del juego. Nada más y nada menos que un jugador integral, lo cual resultó ser un hecho poco común para la época. Fue por eso que sus grandes actuaciones siempre se destacaron y lo catapultaron sin escalas a la Selección, donde brilló en el Sudamericano de Lima 1957 junto a Oreste Corbatta, a Antonio Angelillo, a Enrique Sívori y a Osvaldo Cruz. Argentina se consagró campeona y el Bocha, apodo con el que se lo conoció desde siempre, anotó seis conquistas. En total, con la casaca del combinado nacional, disputó 12 encuentros y marcó 12 goles.

Emigró al fútbol europeo rápidamente, como no podía ser de otra manera tras el mostrado talento que se había encargado de desparramar por las canchas argentinas hasta ese momento. La escala directa de su viaje recaló en suelo italiano y ahí formó parte del Bologna, del Atalanta, del Inter y de la Fiorentina. Además, participó del Mundial de Chile 1962 para la Azzurra y llegó a ser ni más ni menos que el capitán del conjunto europeo. Un antecedente casi inédito hasta ese momento refereido a ambos conjuntos nacionales, pero lógico si se tenía en cuenta la categoría futbolística de Maschio. 

Su vuelta al país se dio en 1966 tras un llamado de Juan José Pizzuti, quien lo convocó para sumarse a un equipo en gestación. Maschio regresó así al club que lo vio nacer y se transformó en el conductor del Racing que ganó el torneo local, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. “Desde chiquito, me tiraba Racing. Siempre amé al club y quería terminar mi carrera acá”, dijo hace un tiempo en una entrevista con el sitio oficial. Eso mismo fue lo que ocurrió: se retiró en 1968 en el lugar de sus amores. Entre sus dos etapas, alcanzó a disputar con la casaca celeste y blanca 139 encuentros y a marcar 44 goles. Un registro impecable dentro de una trayectoria general que superó los 400 partidos disputados y traspasó la barrera de los 100 tantos convertidos.

Una vez retirado de su faceta como futbolista profesional, demostró tener un talento natural también para la conducción técnica: dirigió a más de 15 equipos de distintas categorías en nuestro país y de otros países de Latinoamérica. Sin dudas lo más destacado de esta larga etapa de su vida estuvo en Avellaneda, tanto en Independiente (fue el DT del equipo que logró las copas Libertadores e Interamericana) como en la Academia, en donde estuvo al mando del plantel profesional en dos etapas.

Ya inmerso en el disfrute pleno de sus años de jubilación, el Bocha nunca se alejó ni de Avellaneda ni de su amado Racing Club. Y la institución se encargó retribuirle en distintas ocasiones, tanto a él como al resto de las leyendas campeonas del mundo, el amor inquebrantable hacia alguien que contribuyó con su fútbol a enaltecer el escudo racinguista en el mundo entero. Recordadísima es la imagen de su emoción adentro del Cilindro junto a sus históricos excompañeros, tras recibir la ovación de la gente durante los festejos por el medio siglo de la conquista Intercontinental en el 2017. Pero el Bocha no es sólo un símbolo académico, sino del fútbol argentino y mundial. Por eso también fue merecido y justo el reconocimiento que recibió por parte de la Legislatura Porteña en el 2014 y que lo distinguió como Personalidad Destacada del Deporte. Fue una manera más de devolverle sólo un poco del cariño que él se encargó de esparcir por todos lados con la pelota en sus pies siempre que le fue posible.

“Racing me dio todo y yo le estoy muy agradecido”, dijo en más de una ocasión con el afecto de quien realmente siente las palabras que emite y, al mismo tiempo, con la simpleza de los grandes que no necesitan hablar en exceso para decir mucho. Hoy el Bocha, nuestro Bocha, cumple 89 años y toda la institución al igual que el mundo académico entero se ponen de pie para saludarlo en un día que no sólo representa una alegría personal para él, sino para toda la afición racinguista. ¡Feliz cumpleaños, gloria querida!