Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 119 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.

Antonio Oscar Rodríguez llegó a Racing cuando el club se estaba armando para tratar de dar el zarpazo hacia el título y cuando había grandes jugadores que apostaban a llevar la camiseta a lo más alto del fútbol argentino. Era 1948, la Academia aspiraba a ganar todo y para eso precisaba jerarquía debajo de los tres palos. Nacido el 6 de septiembre de 1921, comenzó su carrera en River, pasó por Tigre y, luego, anduvo muy bien en Lanús. Los dirigentes de la institución pusieron los ojos en sus guantes y lo trajeron para que se sumara al plantel. 

Debutó el 18 de abril de 1948 en una victoria por 4 a 1 ante Boca. Aportó garantías para que el conjunto de Guillermo Stábile atacara, atacara y se quedara con el título de 1949. El rendimiento de Racing fue tan bueno que la historia se repitió, con Rodríguez en el arco -usando siempre visera, volando siempre de palo a palo-, en 1950 y en 1951.  En total, disputó 107 encuentros oficiales y se ganó el cariño de la hinchada por sus sólidas actuaciones.

No jugó en ningún club después de la Academia. Después de obtener el tricampeonato, decidió abandonar la actividad deportiva y dedicarse a la política. Fue elegido intendente de Vicente López por el peronismo y gobernó el partido ubicado en el norte del conurbano bonaerense hasta el Golpe de Estado que dio la Revolución Libertadora en septiembre de1955. 

Antonio Rodríguez falleció el 30 de marzo de 1991, a los 69 años. Y en esta fecha tan especial para todo el pueblo racinguista, la institución lo recuerda con el mismo afecto y el mismo respeto con que él defendió siempre los colores de nuestra camiseta cada vez que se paró debajo de los tres palos.