Es joven, muy joven aún. Pero a pesar de su corta edad (18), suena como un adulto. Las palabras de este chico de Balnearia, al noreste de Córdoba, tienen el aplomo y la tranquilidad de alguien que conoce sus prioridades. En este caso, Federico Vietto posee claro el panorama: aprender y mejorar constantemente. Así comenzó en Racing Club, así se le dio la chance de llegar a la Selección Juvenil y así espera algún día poder pisar el césped del Cilindro con la Primera de la Academia. “Como centrodelantero, tengo con buena lectura del juego. Pero aún me falta mejorar. Hoy por hoy estoy en una etapa de aprendizaje. Y lo digo en general. Trato de poner por delante siempre a la persona y después al jugador”, dice con simpleza. Vietto tiene las cosas claras. Y se nota.

-¿Imaginabas más de chico que ibas a tener este presente? 
- Me veía jugando al fútbol, pero no me imaginaba acá en Racing y a este nivel. La verdad es que siempre estuve dispuesto a aprender y a formarme día a día, tanto como persona y como jugador. Tenía en mente ser futbolista. Pero no se me cruzaba el tener quizás una chance en las selecciones juveniles o el ser goleador en distintas de las categorías en las que me ha tocado jugar. Eso no lo pensaba, pero lo disfruto.

-¿Alguna vez te pusiste a pensar en todo lo que ya conseguiste en lo futbolístico a pesar de tu edad? ¿Te sorprende?
- Sí, lo pensé. Pero lo tomo con mucha tranquilidad. Siempre intento aprender y sacar cosas de cada lugar en el que estoy: de cada técnico que me dirige, de los compañeros, de los entrenamientos, de los partidos…son cosas que ayudan para poder llegar a dar tu máximo potencial. Y yo estoy en busca de eso para mí.

-¿Te imaginas el día de tu debut en Primera en el Cilindro? ¿Ya te imaginaste esa foto? 
- Es algo que espero y que busco, por supuesto. Busco esa meta día a día, todas las mañanas cuando me levanto y voy a entrenar. Debutar en la Primera de Racing es algo que quiero, para poder aportarle mi granito de arena al club. Como decía, lo busco pero aún no me lo imagino. No sé cuanto faltará tampoco para que se pueda dar. Pero cada día al levantarme de la cama me preparo para ese día.

 -En lo futbolístico ¿Qué es en lo que más has mejorado últimamente?
- Cuando uno va subiendo categorías se da cuenta de que puede dar mucho más; me pasa eso. La condición de cada división, al ser más alta te pide una exigencia mayor. Yo hasta ahora siempre pude responder bien a las exigencias que tuve. La verdad es que ahora estoy bien en la Reserva y eso me motiva para buscar tener una chance en la Primera.

-¿Cuál consideras qué es tu máxima virtud como delantero?
-Creo que en lo que más me destaco es en entender el juego. Esa es una virtud que heredé de mi hermano Luciano, que también es muy bueno para eso. Quizás no me destaco tanto en la potencia o en la explosión, por ejemplo, pero tanto la lectura del juego como los movimientos propios son cosas que tengo muy pulidas. Igualmente considero que puedo seguir creciendo. Tanto en lo físico como en cuestiones técnicas y tácticas. 

-¿Qué pasa cuando vas para Balnearia? 
-Y…medio que se revoluciona la casa por un par de días (risas). Y hay muchas juntadas: con todos los familiares y con los amigos. Cada vez los tiempos para poder ir a casa son menores. Cuando era más chico podía ir más seguido. Ahora, los viajes son cada vez menos. Así que les doy valor y los disfruto mucho. Allá soy un chico más de mi pueblo. Uno más de la familia Vietto y uno más del grupo de amigos.

-Durante la Copa América de Chile fuiste sparring de la Selección y compartiste entrenamientos y momentos con Messi y el resto del plantel ¿Qué sentiste?  
-Fue especial. Tanto por Lionel como por el resto de los jugadores. Me tocó vivirlo de cerca y me di cuenta de la humildad que tienen a la hora de entrenar y de la predisposición que hay para dar el máximo. Fue una gran enseñanza para mí: Si Messi, que es el número uno, se levanta todas las mañanas para seguir mejorando ¿Qué queda para el resto de nosotros?