Fútbol Masculino

A Racing se le terminó la buena racha ante Gimnasia

Jueves 17 de Abril de 2014
Después de cinco presentaciones sin perder, la Academia se topó de nuevo con la derrota. En el Cilindro, por la decimocuarta fecha del campeonato, cayó por 1 a 0 ante el conjunto platense sin poder mostrar su mejor cara. 
A Racing se le terminó la buena racha ante Gimnasia
La seguidilla, que era el cable a tierra sobre el que se asentaba esa especie de ilusión que había crecido durante las semanas anteriores, se terminó un sábado en el que faltó fútbol para poder seguir construyendo esa racha de resultados positivos. Para despegar, era necesario ganar, y Racing falló en el compromiso de la decimocuarta fecha del Torneo Final porque la suma de fortunas adversas y de falencias propias le hizo tropezar con una piedra con la que no quería reencontrarse. Frente a Gimnasia, en el Cilindro, la Academia perdió por 1 a 0 y no pudo lograr la victoria que precisaba para escalar posiciones en la tabla.   

Tan duro como se esperaba. Nadie, o casi nadie, podía esperar otra cosa de dos equipos que se caracterizan por priorizar los circuitos de quite a los creativos. Muchas ganas, mucho despliegue y mucha presión sobre el rival. Todo eso abundó en la noche de Avellaneda. El problema, al menos para ver sucesiones de pases o varias situaciones de gol, es que faltó precisión. Y, quizás, también algo de audacia. Porque las dos líneas de cuatro que se vieron por lado apostaron a jugar bastante cerca del área propia y dejaron desprotegidos y bastante mal abastecidos a los delanteros. Por lo tanto, los pelotazos para acá y para allá estuvieron a la orden del día y los arqueros, salvo algún remate aislado, no fueron exigidos.

De entrada, con más ímpetu que claridad, el conjunto de Reinaldo Merlo buscó empujar al adversario contra Fernando Monetti. Rodrigo De Paul, el conductor natural, la pidió siempre y trató de transformarse en la cuota de inteligencia de los suyos. Un primer córner desde la derecha le permitió a Valentín Viola cabecear por encima del travesaño. Sin mucha elaboración, el ataque académico dependió básicamente de la capacidad de desequilibrio de sus hombres de arriba. Sin embargo, a excepción de alguna combinación esporádica, la estructura ofensiva no pudo producir ocasiones de riesgo. La visita, en cambio, con menos explosión, hizo pasar sus chances por el criterio de Franco Mussis, el organizador de los avances platenses. A la espalda de los laterales locales, los dirigidos por Pedro Troglio lograron algún hueco que no supieron capitalizar del todo.

Con el correr de los minutos, el partido fue dejando en claro que el vuelo brillaba por su ausencia. En ese entramado de pierna fuerte, Pablo Alvarado y Yonatan Cabral ofrecieron garantías cuando las circunstancias lo requirieron. Nelson Ibáñez, en su debut con la casaca celeste y blanca por la lesión de Sebastián Saja, se las arregló para que no se extrañara tanto a Sebastián Saja. Un tiro de Javier Mendoza, entrando cómodo por izquierda, fue probablemente la mejor oportunidad para Gimnasia. Costó descubrir, en los dos equipos, instancias de asociación que estuvieran a la altura del esfuerzo que demandaba quebrar el orden defensivo plantado enfrente. Las emociones, casi como una consecuencia inevitable, debieron postergarse porque ni la inspiración individual ni la generación colectiva asomaron en el duelo.

¿Si variaron las cosas para la segunda etapa? No, nada de eso. El complemento fue una continuidad de lo que ya se había visto. El dominio no le perteneció a ninguno, aunque Gimnasia dio la sensación de poder manejar con más prolijidad el balón. Posibilidades de peligro casi no había y aproximaciones, pocas. Mussis estuvo cerca de dejar de cara al gol a algún compañero y una linda apilada de De Paul obligó al arquero a revolcarse ante un remate potente y bajo. Gabriel Hauche reemplazó a Vietto para buscar potencia en los metros finales pero, esta vez, el cambio no dio rédito porque el golpe lo dio el Lobo. A los 21, luego de un desborde por derecha de Maximiliano Meza, Álvaro Fernández ganó de arriba para convertir el primero y quebrar la paridad.

Obligado a cambiar, Merlo mandó al campo a Juan Dinenno en lugar de Villar. El plan era juntar gente en ataque para tratar de arrimarse a la igualdad. El dibujo táctico mutó para pasar a tener un mediocampista adelantado y tres puntas. El tema es que la visita, con la tranquilidad de la ventaja, se replegó y buscó lastimar con espacios. Como si fuera poco, el cansancio comenzó a quitarle despliegue a un conjunto que no lograba encontrar la fórmula para inquietar. La última modificación fue el ingreso de Luciano Aued por De Paul, pero esa tampoco asomó como la solución para una cita que ya no tenía el mejor color. El empuje no bastaba y las ideas para generar cerca de Monetti no brotaban.

En un tiro libre a la altura de la medialuna se escapó la última ocasión. Pateó Viola, el arquero voló ante un cabezazo que se metía y, en un nuevo rebote, Alvarado sacó un zurdazo que se fue alto. No hubo tiempo para más y la racha de cinco presentaciones sin perder se diluyó justo cuando el deseo era utilizarla para un despegue. La revancha será el domingo y mejorar será clave. En lo que suceda en La Paternal habrá que depositar la esperanza.    

Notas relacionadas

"Todavía falta mucho"

Fútbol Masculino

Cerca de lo ideal

Fútbol Masculino

"Hay que levantarse y seguir"

Fútbol Masculino