Atrevido. De los buenos. De esos a los que no les tiembla el pulso al momento de agarrar la pelota y de llevarla para la zona más complicada, para el arco contrario. De esos que no se gastan en disimular lo feliz que son cuando la pueden pisar, cuando pueden tirar un lujo, cuando se dan el gusto de lanzar una fantasía al aire. Por lo general, lleva tiempo animarse a tanto. Pero no es el caso de Marcos Acuña, que se transformó en refuerzo de la Academia el sábado por la mañana y el mismo sábado por la mañana entró al Cilindro para enfrentar a Deportivo Táchira. Y lo hizo bien, con la sonrisa puesta, con ganas de aportarle dinámica, desequilibrio y sacrificio a un equipo que pretende ser protagonista en el torneo que se acerca. Muchacho de pocas palabras pero de una tenacidad que asombra, el mediocampista está acá, listo para superar lo que se le ponga adelante, listo para contarle a Racingclub.com.ar algunos detalles de su juego. 

Todo junto se le vino a Acuña. Firmó el contrato, se presentó con sus compañeros y con el cuerpo técnico, salió a la cancha y buscó definir de emboquillada. Todo en muy pocos minutos. Satisfecho pero exhausto, el mediocampista aceptó la propuesta del sitio oficial y entregó la primera nota desde su llegada al club con la idea de contarles un poco a los hinchas que no lo vieron jugar qué clase de futbolista es. Neuquino, oriundo de la ciudad de Zapala, dice ser capaz de atacar con profundidad pero, a la vez, de defender. Y, ante los que sostienen que su chapa se ve sólo cuando va para adelante, él se ocupa de destacar que sabe bien qué hacer cuando es el rival el que la tiene. Con tanta humildad como futuro, Acuña se pinta de cuerpo entero. Su deseo, como el de los demás jugadores, es que las cosas empiecen a funcionar bien cuando a Racing le toque ir por todo.

-Se habló mucho de tu llegada al club y, finalmente, estás acá. ¿Qué cosas pasan por tu cabeza en este momento?

-Estar en Racing es un paso importante en mi carrera. Lo de Ferro también me sirvió mucho porque jugué en la B Nacional, pero hoy estoy acá en Primera y para mí es un sueño. La demora en la negociación la tomé con tranquilidad. Sabía que la situación de Ferro podía volver más lentas las cosas. Esperé el momento y, ahora que firmé, estoy muy entusiasmado.

-Sumaste ya tus primeros minutos contra Deportivo Táchira. ¿Te sentiste bien jugando en el Cilindro?

-Sí, cómodo, tranquilo. A mí me gusta jugar y, cuando juego, estoy bien. Me avisó el técnico que iba a hacer un rato de fútbol y me lo tomé con toda la calma. Por suerte, algunas jugadas me salieron bien y pude empezar a entenderme con los chicos. 

-Hay mucha gente que todavía no te vio jugar. Definite a vos mismo.

-Te diría que me suelo mover por la banda izquierda, aunque me puedo acomodar según lo que necesite el técnico. Soy de atacar y me gusta ir para adelante, pero también aprendí a marcar y puedo correr por el costado. 

-Según me contás, tenés gol y tenés quite, cosa que no siempre es frecuente en un volante. ¿Cómo fue que incorporaste ambos recursos?

-Mirá, cuando debuté en Ferro lo hice de tres. Jugué 12 partidos en esa posición y aprendí bastante a marcar y a cubrir los espacios. Lo del gol es un poco más natural. Pienso en el gol bastante seguido pero, sobre todo, me gusta colaborar con el equipo. Si tengo un compañero solo, prefiero dársela antes que terminar la jugada yo.

-Seguramente, llegarás con muchas expectativas. ¿Qué te imaginás para este paso por Racing?

-Recién estoy empezando. Quiero ir de a poco. Esto se va a ir dando a partir del rodaje de la pelota. Lo demás viene solo. Estoy contento porque mi familia está contenta. Soy de Zapala y mis afectos, que viven allá, están felices por el sacrificio que hice desde chiquito.

-Los hinchas están muy ilusionados con el equipo que se va armando y la llegada de refuerzos entusiasma. ¿Qué se le puede decir a la gente a poco de arrancar el campeonato?

-Que vengo a dar lo mejor. Quiero dar todo por Racing, que es mi nuevo club. Y salir a bancar la camiseta. Se va a dar todo partido a partido pero pueden estar seguros de que nos esforzaremos al máximo en todo momento.