Fútbol Masculino

La Academia tropezó en Victoria

Sábado 23 de Agosto de 2014
En el arranque de la tercera fecha, Racing no pudo mostrar un buen rendimiento y perdió con Tigre por 4 a 0. El equipo de Cocca, que venía de dos triunfos consecutivos, no le encontró nunca la vuelta al partido y ahora tendrá que buscar revancha frente a Arsenal.
La Academia tropezó en Victoria
Y sí. A nadie le gusta pero a veces pasa que todo, pero todo, lo planeado sale al revés. Racing, que llegaba de racha, que acumulaba confianza por la alegría en el clásico, pensó que podía sonreír el viernes a la noche, pero no. No le salió. Ni en el principio ni en la mitad ni en el final pudo la Academia parecerse a la que fue en algunos ratos de las primeras dos fechas del campeonato y la excursión a Victoria terminó con un tropezón que no figuraba en los planes de nadie: Tigre se impuso por 4 a 0 y puso en evidencia que habrá que seguir mejorando para construir eso que todos los hinchas quieren.

Solamente un ingenuo podía suponer que la cosa sería fácil. De entrada, por las dimensiones del terreno, por la asfixiante presión de los locales, quedó claro que para superar el obstáculo sería necesario trabajar. Y mucho. Diego Cocca se aferró al dibujo que utilizó en las dos primeras presentaciones y confió en la dupla de Ezequiel Videla y Nelson Acevedo para controlar el centro del campo. No les resultó para nada sencillo debido a que Fabián Alegre decidió a interrumpir los circuitos de tenencia y copó el mediocampo con cinco hombres para dominar esa zona. Planteada así la historia, ninguno pudo imponer condiciones, aunque el dueño de casa se sintió más cómodo en ese ida y vuelta sin pausa, sin freno. Ante una situación no elegida, la visita recurrió muchas veces al envío largo y salteó a los encargados de darle precisión al destino del balón. ¿El resultado? Que el desarrollo se tornó más desprolijo de lo que Racing quería.

Pero eso no fue todo. Todavía no había ocurrido nada, o casi nada, cuando llegó el gol. Hubo una infracción en tres cuartos de la cancha, sobre el costado izquierdo, y Kevin Itabel se paró para ejecutar. El centro, justo cuando el reloj marcaba 10 minutos, vino con rosca al corazón del área, Erik Godoy se elevó por encima de todos y el cabezazo se coló por encima del cuerpo de Sebastián Saja, que no alcanzó a reaccionar. El golpe obligó a la Academia a modificar levemente el plan, ya que no le quedó más remedio que tomar definitivamente la iniciativa. Sin embargo, el toque veloz y preciso no estuvo a la orden del día y el fondo del Matador no sufrió demasiado hasta el descanso. Diego Milito, como referencia ofensiva, asomó como el más lúcido de los suyos, más allá de que recibió, por lo general, en posiciones incómodas. Marcos Acuña, recostado por la banda, tuvo algún hueco para recibir ante Martín Galmarini y, por allí, aparecieron las primeras insinuaciones celestes y blancas.  

Los problemas se sucedían. Acuña, con una molestia física, debió abandonar el campo y Adrián Centurión ocupó su lugar. De a poco, con más voluntad que claridad, Racing fue encontrando destellos del funcionamiento pretendido y generó dos posibilidades interesantes. En la primera, Gastón Díaz ingresó desde la derecha y sacó un zurdazo cruzado que contuvo Javier García. Un ratito más tarde, fue Iván Pillud el que se proyectó y el que remató desde afuera sin la puntería suficiente. Sin contundencia en los metros finales, y con algunos desajustes en defensa, el encuentro se terminó de complicar a los 38. Itabel picó del centro hacia afuera, recibió un pase profundo y encaró a Saja. Su definición fue certera y les sirvió a los suyos para cantar el segundo. Antes del descanso, hubo un disparo de Acevedo, de emboquillada, que no bastó para el descuento.

Sin variantes para el complemento, la visita reagrupó sus fuerzas y fue en busca de un tanto que la pusiera otra vez en partido. Pero la esperanza duró poco. Demasiado poco. Antes del minuto, Tigre capitalizó un espacio a la espalda del lateral izquierdo y lastimó. Lucas Wílchez encaró desde el vértice del área, dejó en el camino a Sánchez y convirtió de zurda para estirar la diferencia en el marcador. Forzado por la adversidad, Diego Villar sustituyó a Díaz para tratar de hallar el rumbo en el terreno. Sin embargo, las consecuencias estuvieron lejos de ser las esperadas. El dueño de casa se agazapó y aguardó por una nueva chance. No perdonó: a los 12, Carlos Luna ganó por afuera, lanzó un centro para la entrada de Itabel y el volante, a la carrera, marcó el cuarto para liquidar definitivamente el duelo.

Herido por un rendimiento que no satisfacía, Racing se adelantó en el campo, pero sin soluciones eficientes que le permitieran alterar la imagen. Milito indicó el camino en varias oportunidades pero la realidad colectiva no ayudó para dejarlo de cara a la red. Con la idea de preservarlo para lo que sigue, Facundo Castro lo reemplazó e hizo su estreno en Primera.  El cierre, ya sin ningún suspenso en el ambiente, fue con la desazón de haber dejado escapar una cita que podría haber significado la ratificación de lo que se había hecho bien. Será cuestión, entonces, de rectificar el andar para poder recuperarse lo más rápido posible.  

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