Fútbol Masculino

La Academia no pudo en el clásico de Avellaneda

Domingo 31 de Agosto de 2014
En el partido de la quinta fecha del torneo, Racing, que comenzó arriba en el marcador gracias al gol de Milito, no pudo aguantar la ventaja y perdió por 2 a 1 con Independiente. 
La Academia no pudo en el clásico de Avellaneda
El desahogo continúa pendiente porque lo que comenzó con una sonrisa terminó envuelto en una desazón grande. Racing, que venía de ganar en el Cilindro, que arrastraba una ilusión importante, fue al estadio Libertadores de América con la ambición de festejar pero tropezó ante un Independiente que supo aprovechar los momentos favorables. La Academia, que no logró aguantar la ventaja inicial, perdió por 2 a 1 en el clásico de la quinta fecha y desperdició así la oportunidad de sumar de a tres para prenderse en lo más alto de la tabla.   

Con adrenalina arrancó a jugarse. Cada cual a su papel, cada cual con su libreto. Casi como si se hubieran puesto de acuerdo, los dos equipos asumieron roles diferentes que los pusieron, lógicamente, en situaciones distintas. El equipo de Diego Cocca, con dos líneas de cuatro bien marcadas, eligió ceder la posesión de la pelota y el campo para tratar de sacarle rédito a los huecos que ofrecía la defensa contraria. El conjunto de Jorge Almirón, en cambio, asumió, en ese rato, el control del balón y trató de ensanchar el terreno para instalarse en campo rival. La disputa quedó establecida y a la visita le tocó el papel del sacrificio y del contragolpe. Era cuestión de ver, al menos en el primer tramo de la tarde, quién encontraba la llave para imponerle condiciones a un desarrollo que esperaba que alguien se adueñara de él.  

De enfrentamientos puntuales se pobló el campo. Uno, quizás el más evidente, los tuvo como protagonistas a Adrián Centurión y a Rodrigo Gómez. En el primer cruce, el mediocampista de Independiente ganó la banda y avisó que podía complicar con su habilidad. Pero la respuesta académica fue letal. Casi no se habían acercado a Diego Rodríguez los de celeste y blanco cuando Gastón Díaz, justo cuando el reloj indicaba 13 minutos, metió un pase cruzado bárbaro hacia el sector izquierdo. Centurión controló, aceleró y lanzó un centro bajo en busca de Diego Milito. El capitán, aprovechando un desajuste defensivo, recibió y definió de zurda para sacudir la red. Aunque el cero se había roto, aunque Racing sacaba ventaja, no empezó otro partido. Siguió un encuentro con la misma tónica porque el anfitrión continuó presionando arriba.

El espacio era el gran botín que todos querían obtener y los locales lo dominaban porque conseguían tener superioridad numérica en la zona del círculo central. La contrapartida era que se descuidaban por los costados y que Gabriel Hauche, siempre inquieto, daba la sensación de que podía generar alguna ocasión de riesgo. Sin embargo, de a poco, con el correr de la parte inicial, Independiente fue empujando y Racing se fue refugiando bien cerca de Sebastián Saja. Y por arriba se revirtió la historia. En una ráfaga de desconcierto que se pagó carísimo. A los 25, tras una polémica infracción sancionada por Fernando Rapallini, llegó un centro con rosca desde la derecha y Sebastián Penco la metió de atropellada. Poquito después, un envío aéreo desde el mismo lugar no pudo ser rechazado por el arquero y fue Federico Mancuello el que convirtió el segundo a la carrera.

Como si fuera poco, algo después de la media hora, Milito debió salir por una molestia física y Gustavo Bou lo reemplazó. Golpeada por la adversidad, la Academia avanzó como pudo y construyó una acción de bastante peligro antes del descanso. Bou, luego de una embestida por derecha, remató por encima del travesaño sin la eficacia necesaria.

Para el complemento, Racing redobló la apuesta y fue por la igualdad. Desde la agresividad de Ezequiel Videla, la visita, con más ímpetu que lucidez conceptual, trató de trasladar el partido cerca de Rodríguez. En un segundo período muy trabado, Centurión fue una interesante carta para desnivelar y recibió algunas infracciones que permitieron meter la pelota en el área contraria. Antes del cuarto de hora, Marcos Acuña ingresó por Díaz para aportar técnica individual de mitad hacia adelante y se paró sobre la izquierda.

Hasta los 20 del complemento, no hubo opciones nítidas. Un disparo de Iván Pillud se fue alto y otro de Videla tuvo el mismo destino. En uno de los pocos avances de Independiente, Saja sacó dos cabezazos de manera consecutiva que podrían haber liquidado el encuentro. La respuesta para seguir en partido fue buena porque Leandro Grimi lanzó un centro que Hauche conectó sin precisión y porque Bou, en una escena desordenada, complicó aguantando de espaldas. Para jugar el tramo decisivo, Diego Villar pisó el césped por Acevedo y se ubicó casi como enlace. Como no tuvo claridad para elaborar, Racing recurrió en casi todas las circunstancias a los centros para soñar con la igualdad.

Ya en el descuento, en medio de la desesperación por evitar la derrota, en una jugada que Bou mandó al corazón del área, Villar dejó ir la última posibilidad de llegar al empate. No hubo festejo académico en el clásico de la ciudad. Racing ya deberá poner la cabeza en lo que viene. 

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