Fútbol Masculino

Un punto en medio del agua

Sábado 27 de Agosto de 2016
En el primer partido del campeonato, Racing se recuperó de un error en el arranque y empató con Talleres 1 a 1. Acuña, en el inicio del segundo tiempo, convirtió el gol. Úbeda sigue invicto al frente de la Academia.
Un punto en medio del agua
Lo empujó y lo empujó porque, con la cantidad de agua que había en la cancha, parecía difícil hacer otra cosa. Se acomodó y se acomodó porque, en circunstancias no elegidas, la plasticidad asomaba como la virtud ganadora. Pero no le alcanzó. Le pudo haber salido en el tramo final de la noche pero entre el azar y la falta de contundencia se las ingeniaron para diluir la sensación de triunfo. Y, entonces, Racing hizo su estreno en el torneo con un empate ante Talleres 1 a 1. Ante evidente necesidad de ser protagonista, la paridad arrojó un sabor agridulce.

Licha fue la principal referencia de un equipo que, ni bien comenzado el encuentro, advirtió que no se podía jugar al ras del suelo. Los lanzamientos largos fueron por lo tanto la carta para incomodar a un rival que mantuvo de pie el barco con Guiñazú como comandante. Antes de que la lluvia amainara un poco, un baldazo de agua fría paralizó al estadio. Palacios avanzó por derecha cuando el reloj indicaba ocho minutos y tiró un centro sin mucha fuerza y sin mucha dirección. Orión no pudo controlar y la pelota se metió en el arco mientras la impotencia se adueñaba de la escena. Buscó recuperarse rápido el conjunto de Úbeda pero no le fue fácil porque el terreno no le jugó de aliado. Romero, al que le costó recibir en situaciones cómodas, tuvo un disparo desde el borde del área pero falló en la ejecución. Hubo también varios centros cruzados que amenazaron con generar peligro pero que acabaron en la nada.

Acertar para meterse en partido era la obligación y la solución apareció en un tiro libre desde la derecha. Acuña pateó con rosca, el arquero se equivocó y el empate le devolvió el alma a Racing. La voluntad de Aued funcionó como motor y Rosales aportó lo suyo pegado contra la raya. Martínez ingresó por Romero para sumar potencia en los metros finales y la variante supuso también una modificación desde lo táctico: la victoria se iba a perseguir con dos delanteros yendo y viniendo por todo el frente de ataque. La entrada de Mansilla por Rosales le dio más resto físico para lastimar con espacios y la apuesta quedó ubicada en la capacidad de utilizar mejor los espacios. Y una imagen que se repitió: dos wines avanzando por afuera y dos nueves agazapados en el área. Y Licha, que en la más clara de la noche, definió a pura jerarquía pero sin la pericia necesaria.   

Sin poder ganar, fue bueno no perder. Racing apunta a crecer y siempre es mejor hacerlo sumando. 

Fotos: Juan Carlos Baldovino/ Paola Lara.

Notas relacionadas

"Todavía falta mucho"

Fútbol Masculino

Cerca de lo ideal

Fútbol Masculino

"Hay que levantarse y seguir"

Fútbol Masculino