Fue un primer tiempo de ensueño y una segunda parte en sintonía. Porque se debe definir así cuando se combinan los elementos que permiten establecer una amplia superioridad con juego lucido y eficaz. Ante un rival severo como Belgrano, Racing marcó dominio de principio a fin, con firmeza en defensa, dinámica para la recuperación y la salida rápida gracias a la rapidez que le dio Baltasar Rodríguez a la salida. Además, con la amplitud por las bandas, en especial con el desequilibro que generaron Agustín Ojeda y Gabriel Rojas por la izquierda, Racing abrió a Belgrano para generarle fisuras cerca de su arco. El 1-0, justamente, salió de un encuentro entre Trapito y Rojas para que el lateral zurdo metiera desborde y pase atrás para el estupenda definición, de primera, de Gabriel Hauche. El 2-0 también reunió precisión en velocidad: captura de Rodríguez, salida vertical, apertura a Ojeda por derecha, pase a Juanfer Quinteros y zurdazo al ángulo superior derecho del colombiano. Los 45 minutos resumieron el ideal del rendimiento.

Los segundos 45 minutos, mérito de Racing, el nivel no decayó sino que se renovó con Racing apenas retrasado para explotar aún más los espacios en campo ajeno, pero sin ceder en la presión -más retrasada- para recuperar y apuntar directo a Losada. Juanfer dio testimonio con una pelota ganada en tres cuartos, cambio de ritmo, amagos y zurdazo contra el palo derecho. La nostalgia prematura, con la despedida a Aníbal Moreno y a Emiiano Insua, de pronto cambió en entusiasmo con la asistencia exacta de Emiliano Vecchio para que Ojeda pusiera el 4-0. El descuento de Jara apenas sirvió para lamentar que el cero en la valla propia no se haya prolongado por segundo cotejo consecutivo. Ya habrá ocasión inmediata...

Ahora arranca una etapa diferente, en juego a eliminación directa, con Rosario Central en el horizonte inmediato. Paso a paso...