Fútbol Masculino

La mejor herencia

Domingo 07 de Enero de 2024
Federico y Gonzalo Costas, hijos de Gustavo, son preparador físico y ayudante de campo -respectivamente- en el nuevo cuerpo técnico. "Sabemos lo que representa ese nombre en Racing. Por eso nos tenemos que esfozar el doble o triple para estar a la altura de la exigencia. Este es un cambio de aire para volver a unir a la gente", coincideron.
La diferencia de edad, ese brecha que al hermano mayor le ha permitido ser testigo directo de las acciones de su padre como símbolo de Racing, no establece distancia. Federico, de 34 años, y Gonzalo, de 29, se apasionan con la misma intensidad cuando ven -literalmente- el escudo en el pecho. Los dos hijos mayores de Gustavo Costas visten uniforme oficial, uno como preparador físico principal y otro como asistente y analista de rendimiento y video, en el nuevo cuerpo técnico recientemente puesto en funciones.

Ex jugador de Deportivo Español y Platense, entre otros clubes, y de la Selección Argentina de fútbol playa, Federico nació en Suiza en 1989, cuando Gustavo jugó en Locarno. Fue el primero de la familia en unirse laboralmente. "Siempre acompañé a mi viejo, en su etapa de jugador y ya como entrenador, en varias partes del mundo. Yo había hecho una experiencia previa en Almagro como preparador físico. Me había recibido hace poco, justo después de jugar el Mundial de fútbol playa de Portugal, en 2015, con Argentina, cuando salió la posibilidad de integrarme al cuerpo técnico de Gustavo, en Atlas de México, y así empecé de lleno", le cuenta a la web oficial.

Gonzalo también tiene pasado en Platense y en equipos del ascenso, como San Martín de Burzaco, entre otros. Su prestación empezó "formalmente, en el cuerpo técnico en la selección de Bolivia. De todos modos, el manejo de herramientas digitales y en scouting me dio la chance de ayudar a Gustavo desde antes, en diversas etapas de su carrera, para ver jugadores y analizar diversas instancias de juego, individual y colectivo. Era una especie de ayudante sin tener contrato formal", señala.

-¿Cómo funciona el vínculo familiar en un mismo ámbito laboral?

F: -Nos permitimos debatir. Gustavo es muy abierto, nos escucha y nosotros aprendemos de su experiencia. Nos llevamos muy bien en lo laboral y familiar.

G: -Analizamos qué se hace bien, qué se hace mal... Escuchamos mucho y la cercanía nos permite un rico intercambio de ideas y realizar la crítica para construir. Sabemos lo que él quiere y ayudamos en eso, porque además tenemos buen vínculo con los jugadores, algo que Gustavo siempre ha generado.

-¿Desde afuera ese vínculo no se ve como un prejuicio?

F: -Si uno se ha capacitado de la manera que exige el fútbol de hoy, se abre una ventana laboral para trabajar en conjunto. Es cierto, aún hay cierto prejuicio que marca que uno trabaja en el cuerpo técnico de su padre por esa relación. Pero cada vez se ve más: el caso de Emiliano con Ramón Díaz, los hermanos de Carlos Tevez… Si uno tiene la capacitación, porque ese es el requisito principal, se puede trabajar porque además uno tiene las cosas bien claras: está la relación familiar, claro, pero acá hay una relación profesional. Uno se va capacitando de manera permanente, sobre todo con la incorporación de herramientas tecnológicas y metodológicas. Acá no se puede caretear: si no tenés la capacidad, quedás expuesto rápidamente.

G: -La formación es clave. Además, un técnico necesita gente de confianza a su lado. Eso es algo básico para cualquier entrenador. Esto viene de años y Gustavo sabe cómo pensamos y cómo trabajamos. Nos tenemos que esforzar el doble o el triple en comparación con otro cuerpo técnico y para estar a la altura de la exigencia. El objetivo siempre es potenciar al jugador y nosotros tenemos que alcanzarlo, claramente.

-¿Llevar el apellido Costas es un peso extra?

F: -Lo acompañé como jugador y como entrenador, en Racing y en todos lados. Conozco de chico lo que es un vestuario. Recuerdo que el Piojo López nos pasaba a buscar para venir a los entrenamientos…Y eso también es un valor agregado en la formación. Me genera orgullo que mi viejo sea tan querido en el club. Somos hinchas y sabemos lo que él representa.

G: -Al ser un poco más chico, vi poco de su etapa como jugador. Es impresionante lo que genera. Creo que se necesita algo así, un cambio de aire para volver a unir a la gente. La responsabilidad y el compromiso son muy grandes. Tenemos mucha expectativa, como también la tiene la gente. Hay que trabajar con compromiso y, a la vez, con tranquilidad. El vínculo afectivo con Racing es muy fuerte.
 

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