Debió haber sido victoria y fue otro éxito frustado por méritos ajenos e imperfecciones propias. Si una medición válida es la de ocasiones de gol acumuladas y la influencia del arquero en el resultado, caben pocas dudas de que Racing se llevó menos de lo invertido ante Defensa y Justicia. Pero eso no siginfica, en sentido estricto, que el desarrollo y el funcionamiento estuvieron en un plano ideal. El empate 1-1 recorta las chances de clasificar a cuartos de final, un objetivo para el cual habrá que ganar los tres cotejos restantes y aguardar cada desenlance de los duelos entre los rivales que también pugnan por un sitio en los mano a mano rumbo al título.

Las previsiones se cumplieron en un primer tiempo a 220. Debe haber sido el de más ritmo y con menos interrupciones en esta Copa de la Liga que se acerca al cierre de su fase de grupos. Racing, se sabe, asume cada presentación con intensidad, alta presión y un ataque sostenido que lo transforma en un equipo con el objetivo permanente de arco ajeno. Tuvo la participación necesaria de un rival como Defensa y Justicia, que no teme escenarios y también se compromete con la ofensiva.
Los de Florencia Varela sumaron ocasiones, en especial en el primer cuarto de hora, cuando Racing tuvo desajustes en su zona baja.

Pero Racing las acumuló en mayor cantidad. Pudo haber festejado con un remate de Quintero que tapó Fiermarín y Solari no llegó a empujar, con un cabezazo de Sosa apenas desviado, con un tiro de Zuculini desde posición cercana que se fue apenas ancho, otro de Mura frustrado por el arquero… Racing no se esconde y es generoso pero, a veces, peca de exceso en su pretensión de llevar su propuesta al palo. La combinación de velocidades, bajar un cambio y apelar a la circulación para descubrir espacios también es una virtud que conviene mixturar en la receta…

La segunda parte Racing tuvo el patrimonio absoluto de la búsqueda, de las ocasiones, del frenesí. De hecho, Defensa y Justicia tuvo apenas una oportunidad que exigió a Arias, pero de cuya continuidad -un córner- derivó su gol. Luego cambió la cara y acumuló esfuerzos en tapar accesos a su área, lo cual incluyó demoras forzadas por lesiones fingidas. El VAR no concedió gol a Martínez y una infracción previa del mismo Maravilla invalidó un misil de Mura en el ángulo superior derecho. Racing jamás dejó de intentar y se llevó recompensa mínima con el zurdazo de Juanfer en magistral tiro libre.

Otra vez el premio consuelo de saberse superior tuvo gusto a poco...