“No va a ser fácil ehh…pero me gusta el desafío. Es una ocasión especial y merece el esfuerzo”. Lisandro López miró el gol varias veces en la pantalla. Ya conocía bastante bien lo que estaba por hacer. Pero pidió estudiarlo de nuevo, casi de manera meticulosa, antes de asumir en sus pies tamaña responsabilidad. El capitán académico aceptó ser el responsable de rendir su humilde homenaje a los campeones del mundo en representación del plantel profesional y participó de la recreación del histórico zurdazo del Chango Cárdenas ante el Celtic.

La iniciativa surgió desde el Departamento de Prensa y Comunicación del club, como una forma de que los jugadores aportaran su granito de arena a la celebración de la trascendental fecha en la historia de Racing. Y como en su momento sucedió con Iván Pillud, que se animó a emular el gol de Bedoya a River en el 2001, esta vez Licha tomó en sus pies la responsabilidad de recrear nada más y nada menos que el tanto más importante del club en sus 114 años de vida. Y al capitán del equipo no le tembló el pulso. Matías Zaracho y Gastón Gómez lo acompañaron como los actores de reparto dentro de esta película, que tuvo al césped del Cilindro como un lujoso set de filmación destinado a ofrecer una nueva versión de un pedazo de la historia académica.                                                                                                                                                                                                     
Antes de arrancar con el primer intento no faltó el ritual previo y acorde a una ocasión tan particular, que incluyó la utilización de las camisetas con modelo de la época y hasta una arenga con abrazo. Como los actores con años de rodaje en su profesión, cada futbolista entendió bien su rol frente a las cámaras para que la participación de todos fuera lo más fiel posible a lo entregado aquella tarde del 67 en Uruguay.

Más allá de las risas junto al clima distendido de una jornada a pleno sol, cuando la luz de grabación se encendió la seriedad apareció en escena como un actor más. La responsabilidad de evocar el zurdazo mágico de Cárdenas se transformó en un reto tan complicado como atractivo de alcanzar por Lisandro y el resto de los jugadores. El capitán probó varias veces con suerte dispar: o la pelota viajaba muy arriba y se escapaba de la órbita del ángulo o se metía a media altura. Hasta el joven arquero académico voló sobre en una ocasión sobre su lado diestro y con los reflejos a flor de piel sacó un remate que tenía destino preciso de gol, lo que generó el divertido comentario del capitán al respecto: “No se la sacaron los escoceses al Chango desde ahí y justo ahora me la venís a atajar vos a mí”.                                                                                                                



Luego de algunos intentos el momento finalmente se hizo presente y el Estadio Centenario y el Cilindro fueron un mismo escenario por tan sólo unos mágicos instantes. Zaracho se vistió de Rulli y desde delante del círculo central le pasó la pelota a López, que encaró hacia el arco desde el centro hacia la izquierda, se acomodó de a poco para su perfil zurdo y desde detrás del área grande sacó un tiro que viajó sin escalas hacia el ángulo derecho. Fallon no pudo sacarlo hace 50 años y tampoco Gómez llegó a éste remate, a pesar de su atlética estirada. Lisandro se sonrío y fue en búsqueda de Pillud, que miraba toda la escena como un espectador de lujo a un costado de la línea de cal. Y como Cárdenas y el Coco Basile en su momento, los dos jugadores se fundieron en un gran abrazo como el broche de oro ante una producción que estuvo a la altura de la leyenda.