Avellaneda

“Racing fue lo más lindo que me pasó en la infancia”

Viernes 06 de Febrero de 2015
Esteban El As es fanático de la Academia, es de Fuerte Apache y es uno de los raperos más importantes del país. Después de cantar en la Casa Tita Mattiussi, el joven compositor charló con el sitio oficial sobre qué significa para él su vínculo con el club y ser la voz de los barrios más postergados.  
“Racing fue lo más lindo que me pasó en la infancia”
“Nosotros somos once hermanos y, por supuesto, todos somos de Racing”. Esteban El As, referente del rap en la Argentina, se sienta con la silla pegada a un escritorio, apoya las manos sobre la madera pintada de blanco y arranca a contar una historia en la que la Academia aparece por todos lados. Lo suyo es la música y es la poesía pero también es el fútbol; lo suyo son las letras punzantes con contenido social pero también son los goles de Diego Milito. Nacido hace 33 años en Fuerte Apache, un barrio de monoblocks ubicado en el oeste del conurbano bonaerense, Esteban El As sabe desde chiquito lo que es pasar hambre y tiene muy claro lo que es pelearla para esquivar un destino de exclusión. De cómo festejó el título de 2001 en la cancha de Vélez, de cómo se abrazó con su familia tras el gol de Adrián Centurión a Godoy Cruz en el campeonato de 2015 charló Racingclub.com.ar. 

-¿Cómo comenzó tu historia con Racing?
-Porque mi bisabuelo, que se vino a Buenos Aires desde Santiago del Estero, era de Racing. Toda su familia era de Boca pero él, que vio las épocas más gloriosas, se hizo de Racing. Y mi papá fue el único de todos ellos que se hizo de la Academia porque mi abuela, la hija de mi bisabuelo, también era de Racing. Y la pasión se hereda. Yo se las transmití a mis cuatro hijos. De hecho, mi hija se llama Bianca Celeste para honrar esta camiseta.   

-¿Cuál es el mejor recuerdo que tenés como hincha?
-El campeonato del 2001. Sin dudas. Es el recuerdo más hermoso. Yo estuve en la cancha de Vélez y lo llevé a Lucas, mi hijo más grande. Fui uno de los locos que se metió por el alambrado al césped a correr sin parar. Estaba tan contento que lo dejé a mi nene, que era chiquito, en la tribuna. Cuando volví, al ratito, estaba ahí esperándome al lado de otro hincha. Fue un momento maravilloso para todos nosotros. 

-¿Y cómo fue que empezaste con el rap?
-A mí siempre me gustó la música. Venía del palo del rock y conocí el rap a través de unos amigos. También me gustaba escribir pero yo creía que lo que hacía era poesía, aunque en realidad lo recitaba y lo rimaba al estilo del rap. No me animaba a cantar hasta que una tarde, en la escuela, mis amigos me empezaron a joder para que probara. Les gustó a todos y ahí no paré más. Uno de mis amigos me propuso hacer un grupo y nos largamos. Tenía 18 años. 

-¿Y por qué se te dio por el rap?
-Porque nada de lo que escuchaba contaba lo que pasaba en mi barrio. Entonces, se me ocurrió hacer eso: música para que la gente de mi barrio la sienta como propia. Y todo arrancó a darse de boca en boca. Resulta que la cultura hip-hop en la Argentina la manejaban los chicos de clase alta que habían viajado a Estados Unidos. Y a los raperos de los barrios más pobres no nos dejaban pertenecer. Me cansé de todo eso y decidí hacer la mía. Metí el rap en las villas hablando de cosas nuestras, de lo que nos pasa. 

-¿Cómo pasaste de hacer música en tu barrio a llegar a ser conocido en todos lados?
-Tuve la idea de crear un circuito alrededor del país, algo que no existía. Me ayudó gente amiga y fuimos creciendo de a poco. Conocí a un muchacho de Rosario que me invitó a tocar una vez: fui, gustó y me presentaron a un colega de Córdoba. Y así se fue armando una red de contactos. Aprendimos a usar las redes sociales y se transformaron en nuestro principal medio de comunicación. Y, además, armamos una productora independiente con todos raperos de las villas. La idea es acercarles tecnología y oportunidades para que el trabajo salga mejor, más profesional. Yo quiero convencerlos de que pueden laburar de esto.  

-¿Y les funcionó el proyecto de la productora? 
-Sí, está andando bien. Nosotros armamos un movimiento al que llamamos Revolución Marginal. Intentamos usar todo el arte y todo el talento que hay en el barrio para sacar a los pibes adelante. Pintar, escribir, jugar al fútbol o lo que sea. Buscamos alternativas para dar herramientas para el desarrollo. Somos la única productora rapera independiente del país y eso nos da mucho orgullo.

-Por lo que se escucha en tus canciones, te importa mucho contar cómo se vive en tu barrio. ¿Te sentís de alguna manera el representante de los que no tienen voz, de los que no tienen tanta llegada a los medios de comunicación?
-Así me dicen: “la voz del barrio”. Y sí, un poco asumí ese lugar porque a nosotros nos jode mucho lo que se dice sobre nuestros barrios. A la hora de buscar trabajo, por ejemplo, molesta mucho porque no te lo dan. Yo estuve en ese lugar y sé lo que se siente. Y llega un momento en el que, lamentablemente, te acostumbrás. Costra eso peleamos también porque no puede ser que nos acostumbremos a la discriminación. Muchos pibes crecen con ese resentimiento por escuchar hablar mal de ellos todo el tiempo. Nosotros tenemos las mismas capacidades que cualquier persona pero no las mismas posibilidades. Si nos paramos en una esquina, de noche, un pibe blanco y yo, al pibe la policía lo va a dejar tranquilo y a mí me va a parar. Entonces, no somos todos iguales. 

-¿Por qué creés que, por lo general, solamente se escuchan noticias malas de barrios como el tuyo?
-Mirá, en la villa nos conocemos todos con todos y nos ayudamos en todo lo que podemos. Y de eso se sabe poco y nada porque lo que vende, evidentemente, es la violencia. Y los medios cuentan solamente eso. Además, al poder le viene bien dividir el mundo entre buenos y malos. ¿Y quiénes van a ser los malos? Los que no tienen voz para defenderse, los que no tienen tanta llegada a los medios. Y construyen una imagen nuestra así. Por culpa de las cosas que salen, la gente después no consigue trabajo. O los colegios no reciben chicos. O los hospitales no te atienden. En todos lados pasan cosas buenas y malas pero de nosotros siempre cuentan lo mismo. Y no tienen en cuenta que la falta de posibilidades acorta muchísimo los caminos. A mí me dicen muchas veces que no divida a la sociedad en clases. Y yo les respondo que yo no hago la división, que la división está a la vista de todos. 

-Ya lograste mucho en tu carrera artística. ¿Hasta dónde querés llegar?
-A mí nunca me interesó ser rico. Tampoco famoso. Así que todo eso me da lo mismo. La plata que gano la reinvierto en el rap para que mas pibes puedan tener la posibilidad de vivir de esto. Si no, se les hace muy difícil salir adelante. Acá, en mi barrio, o te salvás jugando al fútbol, cosa que es muy difícil, o la pasás mal. Es la cruda realidad, aunque no debería ser así. Los pibes quieren vivir bien pero la sociedad no los deja porque, si les da trabajo, les da los peores trabajos. Y eso a nadie le gusta. Yo aspiro a seguir viviendo de esto y a ayudar a los que están al lado mío. 

-¿Y con Racing? ¿Qué soñás? Imagino que habrás festejado mucho el último título. 
-Sí, ni hablar. Fue inesperado lo del campeonato. Sinceramente, yo no pensaba que se nos iba a dar. Estaba ilusionado con una buena campaña pero esto superó cualquier expectativa. Al último partido no pude venir porque no conseguí entrada pero lo vi en mi casa con todos mis hermanos. Gritamos tanto que fue como si estuviéramos en el Cilindro. Una locura. Yo vengo de una infancia muy golpeada y Racing siempre fue lo más lindo que me pasó. Ahora espero que sigan llegando los triunfos. Tenemos la Copa por delante 

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