Fue un encuentro muy parecido al que esperábamos. Enfrentamos a un equipo que está considerado a estar entre los mejores de la división, aunque después el torneo dirá dónde queda colocado cada uno. Hasta un minuto antes del final, los dos tuvimos posibilidades de ganar y esa es la mejor muestra de lo difícil que fue lograr el triunfo. Creo que la clave fue que demostramos tener carácter para llevar adelante los momentos de adversidad. 

Se vio un partido típico de las primeras fechas: grandes decisiones individuales se combinaron con errores que, con el tiempo, no se deberían cometer. Pienso que Pedro Echagüe hizo un planteo inteligente en algunas reglas defensivas que nos obligó a tratar de buscar alternativas para sacar ventaja. Nos desgastaron en el juego interior y, sumado eso a los rebotes defensivos, nos incomodaron durante el primer cuarto. 

Mejoramos en el segundo parcial y nos fuimos al descanso tres puntos arriba. El segundo tiempo nos encontró mejor parados. Y en el cierre, como era de esperar, pesaron más las ganas de ganar que el buen juego. Lo importante es que pudimos festejar y que lo hicimos de visitante y ante un adversario de categoría al que, por cómo está armado el fixture, deberemos enfrentar cuatro veces. 

Estamos ansiosos porque terminen las obras en el Centro Deportivo para poder jugar de locales pero, por suerte, nos acostumbramos a rendir lejos de casa. Se disfrutó mucho porque la ilusión es grande. Todavía quedan 23 partidos de la fase regular y el camino es largo. Ahora tendremos que poner la cabeza en Burzaco para no desviarnos del camino.