El Club

Santiago recibe a la Academia

Martes 03 de Abril de 2018
La capital chilena sabe que esta noche será anfitriona de un partido clave para el Grupo 5 de la Copa Libertadores. Los hinchas de la Universidad de Chile conocen a Lautaro Martínez y le temen a su potencial goleador.
Santiago recibe a la Academia
Sergio no llega a los 30, anda por el Paseo Ahumada con la camiseta de la Universidad de Chile pegada al cuerpo y habla como si ningún dato futbolístico le fuera ajeno: “Claro que lo ubico a Lautaro. Todos hablan de él y tuvo la chance de debutar en su selección. Sé del potencial que tiene Racing en ataque”. En los alrededores del Barrio Cívico, en el corazón de Santiago de Chile, se piensa, se palpita y se conversa sobre lo que ocurrirá esta noche en el Estadio Nacional por una nueva fecha de la Libertadores.

Unas pocas cuadras detrás del Palacio de La Moneda, el Mercado Central de Santiago asoma con una colección casi infinita de pescados que invitan al almuerzo. Los locales se apilan y las ofertas caen como cascada. En todos los casos, se hace gala de una cultura gastronómica muy vinculada a las bondades del océano Pacífico. Los turistas sacan fotos y los mozos atrapan presas sabiendo que ni con toda la tenacidad del universo podrán igualar el boom de Semana Santa. “No sólo de la fotografía vive el hombre. También hay que alimentarse”, avisa el dueño de uno de los restaurantes que ocupan el hall central del bellísimo edificio.

Mientras se desajusta la corbata, mientras se distrae en su hora de descanso, mientras imagina cómo controlar la habilidad de Ricardo Centurión, un muchacho mira con asombro cuando alguien le pregunta dónde queda el monumento a Salvador Allende, el presidente constitucional derrocado el 11 de septiembre de 1973. Augusto Pinochet, la cara visible de aquel golpe de Estado, dirigió la brutal dictadura que gobernó el país trasandino hasta 1990. “Tengo fe en Chile y su destino”, se lee en la estatua ubicada en la Plaza de La Constitución que recuerda a Allende, quien falleció adentro de la Casa de La Moneda mientras los aviones y los tanques de las Fuerzas Armadas bombardeaban el edificio.

Lejos de la congestión del centro, en una escena que combina edificios elegantes, veredas limpias, árboles luminosos y casas restauradas, Las Condes y Providencia concentran a los sectores más pudientes de la sociedad. Como en todas las capitales del continente, las distancias sociales quedan a la vista de cualquiera: los herederos de los pueblos originarios no dirigen las empresas poderosas y los herederos de los colonizadores españoles no lustran zapatos en la calle. Lo que también está a la vista de cualquiera son los banderines que cuelgan de la mayoría de los puestos de diarios y revistas: las insignias de Colo Colo, Universidad de Chile, Universidad Católica de Chile, Cobreloa y Audax Italiano tienen un puesto asegurado entre las portadas que anuncian el encuentro de Copa.

Miguel, a diferencia de Sergio, anda por los 60 y quiere que gane la Academia esta noche. “Es uno de los grandes de Argentina y tiene jugadores muy buenos. No me extrañaría que diera el golpe”, apunta antes de repartir instrucciones sobre la geografía de la región metropolitana en la que vive más del 35 por ciento de la población chilena. Entre tanta opinión con forma de número cinco, algo está claro: la presencia de Racing no detiene el ritmo urbano pero tampoco pasa desapercibida en esta mañana de otoño. 

Nadie duda de que el Estadio Nacional lucirá repleto. Nadie duda de que será una estupenda noche de fútbol. Sólo resta saber si Lautaro y compañía serán capaces de transformarse en los protagonistas de la fiesta.