Más allá de que en este deporte es imprescindible hacer goles para poder ganar, también resulta algo decisivo mantener al rival sin posibilidades de que pueda hacer lo mismo en la propia valla. En algunas circunstancias inclusive, lo que se hace en el arco propio termina por destacarse más que lo realizado adentro del área adversaria. Y es que en la última fecha del torneo de Primera División el equipo femenino de la Academia tuvo a la razón del resultado final debajo de sus tres palos. La arquera Silvina Espinazo se puso esta vez el traje de figura que en la mayoría de los juegos se calzan sus compañeras, para proteger el arco de Racing con varias tapadas providenciales, tanto en el primer tiempo como en el segundo, que le impidieron el festejo a Pacífico.     

El partido tuvo momentos de ida y vuelta, junto a ratos en los que ambos equipos se estudiaron más de la cuenta. Racing apostó a las combinaciones apoyadas en la tenenecia de la pelota, mientras que Pacífico planteó jugadas rápidas que pusieran a sus jugadoras en posición de ataque en pocos pases. Pero siempre que el equipo rival puso a una jugadora cara a cara ante Espinazo, la guardameta racinguista salvó su arco y lo festejó con un grito acompañado de su puño en alto. Sus atajadas valieron un empate y brindaron una seguridad que vale mucho más que el resultado obtenido en esta ocasión.  

El DT Claudio Martino puso en cancha en el inicio a Espinazo; Rocío Villanueva, Antonella Sotero, Antonella Perdomo y Alejandra Giménez. Con este empate las chicas lograron mantenerse en el tercer lugar de la tabla de posiciones con 42 y no permitieron justamente que el rival de turno, que está en la cuarta ubicación (39), las superara. El equipo líder hasta el momento es San Lorenzo con 47. Pero Racing sigue en la pelea y no pierde ni la ambición ni las ganas de seguir creciendo.