Dos toques de goleador, dos apariciones de jerarquía, dos intervenciones determinantes para dejar en claro quién es la llave para mantener de pie los sueños. Lisandro López, el capitán de un plantel que no pudo pelear grandes cosas en el semestre, tuvo un domingo fantástico, convirtió por duplicado y fue figura en el triunfo de Racing ante Gimnasia por 3 a 1 en el Cilindro. Y así, con la ilusión de recuperar el protagonismo, la Academia se despidió de su gente en casa y con una victoria valiosa para lo que viene.

Lo inesperado sucedió de entrada y dejó mal parado a un equipo que necesitaba sostener medianamente las sensaciones que había construido en Rosario la semana pasada. Apenas dos minutos demoró Brahian Alemán en colgar la pelota contra un palo de tiro libre. Juan Musso nada pudo hacer y todo empezó a complicarse antes de tiempo. Como pudo, con el corazón herido, el conjunto de Juan Fleita se adelantó para cumplir con lo que las circunstancias demandaban. Lautaro Martínez fue el faro de referencia y los demás aparecieron en cuentagotas. Enfrente, Alemán continuó encontrando los espacios a la espalda de los volantes centrales para lastimar desde su zurda. Justo antes del descanso, Licha López, que poco había hecho hasta ahí, aprovechó un remate cruzado de Matías Zaracho para empujar a la red y destrabar la tensión.

El complemento no mostró casi nada nuevo. A los dos equipos les costó exponer solidez alrededor de su pareja de zagueros y a ambos también les resultó relativamente sencillo producir situaciones de riesgo. La clave era entonces hallar la contundencia necesaria cuando se presentara la ocasión y la Academia contó la notable jerarquía de sus dos delanteros para encarrillar la historia. Se jugaban 26 minutos cuando, luego de un quite en mitad del campo, Lautaro desbordó por derecha y lanzó un centro al segundo palo para que Licha, de cabeza, estampara el segundo. A partir de ahí, con la tranquilidad del resultado, llegaron las modificaciones: Juan Patiño reemplazó a Miguel Barbieri; Augusto Solari, a Zaracho; y Brian Mansilla, a Ibargüen.

Gimnasia insistió pero no halló los caminos y, en el descuento, como la frutilla del postre, Martínez selló la victoria desde los doce pasos –en realidad, marcó en el rebote después de que el arquero le atajara el tiro-. Aplausos de acá y aplausos de allá, Racing pulió su imagen para que todos brindemos con esperanza de cara al futuro.

Fotos: Juan Carlos Baldovino.