Fútbol Masculino

Vida de puntero

Domingo 11 de Noviembre de 2018
Racing fue sólido en La Plata, goleó a Gimnasia por 3 a 0 y demostró que tiene con qué soñar en grande. Ricardo Centurión y Lisandro López, en dos oportunidades, convirtieron para el líder de la Superliga. La Academia llegó a los 29 puntos.
Vida de puntero
Capaz de ponerse el traje que haga falta para la ocasión, Racing se aferró al oficio su equipo y al peso de sus nombres propios para justificar un triunfo fundamental para mantenerse sin aprietos en la cima de la Superliga. Sin el brillo de otros domingos pero con la prestancia de quienes tienen la ambición de ser protagonista, la Academia derrotó a Gimnasia por 3 a 0 en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, llegó a los 29 puntos y volvió a dejar en claro que a nadie le será fácil arruinar la ilusión de su gente. 

Como si fuera un tesoro al cual aferrarse cuando lo demás no sale, otra vez la pelota parada le ofreció al conjunto de Eduardo Coudet lo que el fútbol no le daba. Sin poder imponer las condiciones del desarrollo, la solución llegó, al igual que frente a Newell’s, desde un córner. Neri Cardozo ejecutó cuando las agujas marcaban 31 y Ricardo Centurión, que venía de fallar dos situaciones muy claras, puso la cabeza –con giro de cuello incluido- para destrabar el cero. Antes y después del gol, Racing se topó con un adversario que pretendió nivelar la diferencia de jerarquía individual a partir de la intensidad colectiva. De a ratos, con Fabián Rinaudo como guía, el local lo consiguió y puso en aprietos a Javier García. En esos momentos de zozobra, Leonardo Sigali y Alejandro Donatti, los centrales, aparecieron para rechazar por arriba y por abajo todo lo que pasó cerca. Lo mejor de la visita se vio cuando pudo recuperar y atacar rápido y con espacios: aun sin dominar el juego como le gusta a su técnico, en el intercambio de golpes la Academia acumuló méritos como para irse al descanso en ventaja. 

A nadie le extrañó que Gimnasia se parara más adelante y tampoco a nadie le extrañó que Racing se agazapara a la espera de algún contragolpe. La temprana salida de Sigali con una molestia obligó a modificar el orden del fondo: Eugenio Mena fue al lateral y Lucas Orban se corrió a la zaga. El segundo llegó a los siete, tras una sucesión de buenos pases que culminó en la certera definición de Lisandro López delante del arquero. No se rindió el dueño de casa y, con más amor propio que argumentos, empujó. La falta de categoría en los metros finales le impidió descontar y la Academia terminó mal los avances profundos que construyó con campo para cabalgar. Julián López ingresó para aportar piernas en la zona del círculo central pero las dificultades de la Academia para descansar a partir de la tenencia complicaron el desenlace. Todo resultó más sencillo cuando el capitán puso la pelota debajo de su suela y les regaló aire a sus compañeros. 

La victoria se transformó en goleada cuando, a cinco del cierre, desde los doce pasos, López estiró la distancia con un derechazo que se coló en el ángulo superior derecho. Y ahí, ya sin riesgos sobre el horizonte, sonrió definitivamente el puntero, que sigue mirando a todos desde arriba, que continúa poniendo ladrillo sobre ladrillo para edificar un sueño gigantesco.

Crédito fotográfico: Fotobaires.

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