Meses al galope. De entrenarse entre anonimatos en el Predio Tita Mattiussi a formar parte del grupo de sparring que acompañó a la Selección a Rusia; y de destacarse en la Reserva a integrar el banco de suplentes de la Primera. Alexis Cuello vivió una segunda mitad de 2018 en la que casi no tuvo tiempo para procesar todo lo que le estaba ocurriendo. Elogiado por los pibes de su Dock Sud natal y por el cuerpo técnico de Eduardo Coudet, se ganó la posibilidad de estar en el plantel que está haciendo la pretemporada en Ezeiza y, como si eso no fuera suficiente, pudo debutar en el primer equipo en la derrota por 2 a 1 ante Gimnasia por el Torneo de Verano.

Le tocó ser titular y pararse al lado de Jonatan Cristaldo. En un Racing que arrancó sin mostrar su mejor versión, peleó mano a mano con los centrales platenses y alternó buenas y no tan buenas en un contexto poco favorable. Su potencia para lanzarse al espacio le reportó algún comentario positivo en la tribuna. Cuando no pudo imponerse en los duelos cuerpo a cuerpo, no faltó quien asegurara que al oficio sólo se lo consigue con partidos. Si de crear peligro se habla, lo mejor que se le vio fue un zurdazo en el complemento que se fue por encima del travesaño. Lo reemplazó Ricardo Centurión y recibió un saludo afectuoso del entrenador.

En una entrevista con el sitio oficial, Cuello había explicado que su objetivo inmediato era aumentar los niveles de profesionalismo a partir de mirar de cerca a dos ejemplos como Lisandro López y Marcelo Díaz. Sugirió, cuando todavía no lo habían rapado los experimentados del grupo, que le gustaría sumar minutos sin saber que la oportunidad le llegaría pocos días más tarde en Mar del Plata. Tendrá, como cualquiera que se enfrenta a desafíos que no figuraban en carpeta, la necesidad de trabajar para acoplarse lo más rápido posible a las exigencias que se le enciman. Con tan solo 18 años –el 18 de febrero cumplirá los 19-, el futuro le aparece por delante como un manjar al que deberá saborear a través de la paciencia y la tenacidad. Por ahora, y no es poco, se puede decir que es el nombre de la novedad.