Se escapó por poco el triunfo. Se fue por casi nada. Ese cabezazo de Gustavo a tres minutos del cierre del partido hizo vibrar a los locales en el Estadio Arena Corinthians de San Pablo, que hasta antes de ese momento observaban expectantes a un rival que cerca estuvo de llevarse la victoria a Avellaneda. Y aunque eso no pudo ser, el empate final dejó bien parado al equipo del Chacho Coudet para la revancha que se jugará a finales de este mes. Al igual que en el torneo local, en este caso el marco de situación no es distinto: todo depende de Racing.

El once inicial se paró de entrada con un esquema pensado tanto en jugar como en no dejar jugar a su rival. Y tras unos minutos iniciales en los que debió soportar una presión alta sostenida sobre las salidas por parte del Corinthians, luego pudo dedicarse a jugar como sabe hacerlo. Por eso delante de la línea de cuatro defensores se paró con firmeza el Chelo Díaz y delante de él se distribuyeron el ancho del mediocampo Solari y Ojeda por los costados junto a  Cardozo por el centro. Muy cerca de ellos, para participar del circuito de juego en ataque y ayudar en la defensa, se ubicaron Cvitanich y Ríos. 

Aunque el anfitrión insinuaba con la pelota, fueron los académicos quienes propusieron su fútbol cada vez más cerca de Cassio. Darío Cvitanich contó con dos aproximaciones que cerca estuvieron de significar  la apertura del marcador, en la tercera no perdonó. Antes Wagner Love ya había exigido una atajada genial de Arias, tras un mano a mano de gol. Y llegó el minuto 22. Los dos atacantes racinguistas se asociaron en ataque en la puerta del área grande y Ríos se encontró con la pelota de frente al arco tras un pase desviado. Con una frialdad envidiable  y una definición precisa con la zurda al segundo palo, hizo estéril la estirada del arquero local y puso en alto el grito racinguista en San Pablo. Efectividad total para el atacante, que festejó el tanto en la primera opción clara con la que contó. 

Envalentonado por el gol, Racing fue acomodando su juego de a poco con el paso de los minutos, usando todo el ancho de la cancha para ejercer una circulación de la pelota cada vez más prolija y frente  un rival que había disminuido su presión inicial, pero que igualmente exigió en un par de oportunidades más al guardameta visitante. Más allá de eso, el resultado no se modificó antes del entretiempo.

Con la desventaja en contra y la obligación de salir a buscar el tanto de la igualdad,  el Timao intentó adelantar más las líneas para disputarle la pelota a Racing en el medio. Pero los comandados por el Chacho no mostraron en ningún momento intenciones de modificar el juego que tan buen resultado le había dado durante los primeros 45 minutos. Y si bien el local inquieto desde la posesión del balón, la Academia aguardó en todo momento agazapada y a la espera de ejecutar algún contraataque certero para aumentar la diferencia.

Lo tuvo Saravia poco después del arranque, con un tiro desde la derecha del área grande. Un largo después también Solari llegó a posición de gol, tras una contra y con un buscapié exigió en el suelo al arquero local. No hubo mucho más. Como si por momento el complemento hubiera estado de más en el desarrollo del partido, Racing nunca se sintió comprometido en su juego ni en el resultado. Manejó los tiempos, en especial en el medio para alargar las posesiones, y estuvo ordenado en su plan de juego. Corinthians intentó desde la tenencia, la pelota parada y algunos esporádicos desbordes por los laterales, pero sin lograr incomodar a Arias.

Pero en una de las últimas jugadas del partido y cuando parecía que el triunfo estaba sellado, Gustavo fue preciso tras el saque de una pelota detenida por la derecha y conectó un certero cabezazo de pique al suelo que batió el vuelo del arquero racinguista. Quizás demasiado premio para un equipo que en el complemento casi no le había generado peligro al arco de la Academia.

Y así se fue Racing de San Pablo. Con un resultado que lo deja bien parado de cara a la definición de la serie en el Cilindro el próximo 27 de este mes, pero con la sensación de que el triunfo estaba al alcance de la mano, antes de ese cabezazo a pocos minutos del cierre del partido. Pero el tiempo para los lamentos no existe para este equipo. Y ahora se viene otro gran desafió: seguir manteniendo el liderazgo de la Superliga Argentina de Fútbol. El oponente en el camino racinguista será Godoy Cruz. Por eso el lunes que viene, en su estadio y ante su gente, el equipo de Coudet volverá a la carga por un triunfo para seguir apuntando a lo más alto. Ese es el objetivo.

Foto: Prensa de Corinthians.