Eduardo Coudet se despidió de Racing como cualquiera se quisiera despedir de cualquier lugar: con la mejor de las alegrías. El técnico de la Academia, que llegó en enero de 2018 para intentar construir un equipo competitivo, logró no sólo mantenerse en el cargo en un contexto en el que los técnicos van y vienen sino otorgarle al club un sello futbolístico claramente reconocible que produjo mucho orgullo en sus hinchas. Como si fuera poco, consiguió dos títulos: la Superliga 2018/2019 y el Trofeo de Campeones.

El juego y los números hablan por sí solos. Vocación de protagonismo en cualquier cancha, decisión de pensar más en el arco de enfrente que en el propio y convicción para reponerse de los traspiés que ofrece la propia dinámica de la competencia. Pero, además, 73 partidos en el banco de suplentes con un saldo más que favorable: 37 triunfos, 24 empates y 12 derrotas. En el 2019, sólo cuatro caídas que señalan la capacidad de sostenerse ahí más allá de las circunstancias. 

Ya en plena algarabía, en el Estadio José María Minella, le preguntaron a Coudet si pensaba regresar en el futuro y, con la sonrisa estampada en el centro del rostro, contestó que sí. La respuesta de Racing se conoce de memoria: se lo esperará con los brazos abiertos.