Vale porque, cuando los obstáculos se multiplican, progresar -aun con pasos cortos en rendimiento y resutlado- es un indicio que refuerza convicciones. Por supuesto que, como todo proceso reciente, a este Racing, con entrenador nuevo, se le notan las costuras y las correcciones que hacen falta. Pero el 1-1 frente a Argentinos, uno de los escoltas de River y en su casa invicta, arroja aspectos positivos.

Uno fue, por caso, la capacidad de recuperacíon de una desventaja prematura. Porque se hizo cuesta arriba de inmediato, ya que a los 5 minutos, una pelota disputada entre Quintana y Cristaldo derivó en una recuperación para el local, una salida rápida al espacio -fue método de ataque para Argentinos-, un resbalón de Nery Domínguez, y el desborde de Hauche con centro que Quintana, como nueve, remató para la tapada de Arias. López transformó esa cadena de sucesos en algo sencillo: rebote al gol. Racing apostó a la circulación y al tránsito por la izquierda, desde donde salieron un par de envíos que Cristaldo no pudo cabecear con precisión.

Esta vez Sebastián Beccacece diseñó un esqquema con cuatro volantes, con Rojas sobre la derecha y Fértoli en la izquierda, más el par Díaz-Miranda por el centro, con Lolo más adelantado para la organización y construcción. Aunque respecto de la fecha anterior ante Atlético Tucumán, el equipo creció en fluidez, repitió el defecto en las conexiones cerca del arco ajeno. Y, además, Argentinos demostró que la casualidad no explica la posición que ocupa en la Suiperliga: replegado masivamente, con presión ordenada, los de Dabove fueron un batallón apto para la captura de balón en campo propio y salida en velocidad.

Beccacece metió mano para el segundo tiempo, con el ingreso de Tiago Banega por Marcelo Díaz y la modificación en el esquema al reubicar a Rojas por izquierda y a Fértoli por derecha, con el pibe Banega entre ellos. Luego, con el reemplazo de Jonatan Cristaldo por Darío Cvitanich envió otra señal: con más énfasis en los lanzamientos largos, una decisión lógica ante las trabas que ponía Argentinos para que Racing moviera la pelota, el DT buscó una vía directa en una cancha con dimensiones que permiten abreviar ese despacho.

Cuando más costaba, apareció una combinación exacta entre el córner por Matías Rojas al primer palo y el anticipo de Banega. El empate, a 22 minutos del cierre, torció la tendencia, al extremo de que Racing se fortaleció, puso el juego cerca de Chaves y exigió al arquero una intervención notable en un cara a cara con Cvitanich.

Queda ruta por recorrer. Y así debe ser en un proyecto que arranca, con la vara alta, como corresponde a un Racing que se acostumbró a la pelea bien arriba.

Foto: Paola Lara