Fútbol Masculino

"Los hinchas se fueron acostumbrando a que el equipo esté arriba"

Jueves 26 de Marzo de 2020
Augusto Solari, a casi un año del título, le da un valor especial a la Superliga 2018-19: "Fue un punto de partida para seguir creciendo como equipo y como institución. Eso es un objetivo y un deber. Y la gente, por suerte, ahora tiene otras demandas". El volante, autor del gol del campeonato, avanza en su recuperación y se acerca al regreso competitivo.
"Los hinchas se fueron acostumbrando a que el equipo esté arriba"
Hay un hilo común en el fútbol (masculino y femenino) de Racing: el pleno apego a las nuevas normas de convivencia establecidas por el cambio drástico que ha impuesto la pandemia de coronavirus. Augusto Solari lo señala con lucidez en su charla telefónica con la web oficial del club: "No queda otra que respetar la cuarentena. Es lo que nos corresponde en esta situación tan difícil. A nadie le gusta, pero mientras sea la única manera de impedir la expansión del contagio, hay que asumirla con compromiso. Las autoridades tienen la noción del caso y son responsables de establecer las pautas de convivencia y de velar por su cumplimiento. Es un trabajo de equipo: si todos hacemos la tarea, el rendimiento va a ser mejor, con un resultado favorable porque el impacto social va a ser menor. Cuando nos toque volver a entrenar en conjunto primero y a jugar después, nos enfocaremos en eso".

"Trato de jugar con Renata, mi hija, y compartir muchos momentos con mi mujer, Martina", agrega, ya en plano descriptivo. Parece la continuidad de aquellos primeros meses post lesión (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, a fines de agosto de 2019, por la que fue operado a prinicipios de septiembre), cuando su rutina se modificó de manera abrupta. Ahora, en esta cuarentena, se han renovado las carteleras de películas y series, se ha puesto el paño sobre el que se distribuyen los juegos de mesa y también rige el mandato de estimular a la pequeña para que la agenda cotidiana no caiga en repeticiones. Pero, antes y después del esparcimiento, como a todos sus compañeros, le llega el momento de moverse según el plan de mantenimiento físico y del contacto remoto con el cuerpo técnico, al menos dos veces por día.

“Me voy acercando a los ocho meses de rehabilitación y se los digo en broma a los médicos del plantel (Alejandro Dardano y Juan Linares, y Gonzalo Gómez como responsable del Departamento específico). Los molesto diciéndoles que voy a acortar los plazos, algo que jamás se me ocurriría forzar. Todo va en los tiempos previstos, ya adaptado a los trabajos en campo con el grupo, pero con la conciencia de que aún me falta para estar al 100% y con el ritmo adecuado para competir. Falta todavía una exigencia mayor que es indispensable para ver cómo responde la rodilla en un partido”, señala sobre su estado actual, en el tramo final de ese recorrido impuesto por la lesión. Todo se ve diferente al tedio de los días iniciales, la rehabilitación en solitario en gimnasio, donde es “imposible compartir los entrenamientos con tus compañeros. Pero cuando empezás a trabajar con el grupo, ves todo más cerca, vas reforzando la impresión de que el regreso es una certeza. Imagino que cuando se dé el retorno a las prácticas regulares, apuntaré a ponerme al nivel de ellos, algo que sigue pendiente”. Plazo a plazo, la terapia incluyó las sucesivas etapas establecidas en una recuperación similar. “El cuerpo se fue acomodando en cada paso del plan. A los seis meses ya estaba en los tiempos que me habían pautado el cirujano, el resto de los médicos y los kinesiólogos”.

Solari, en esa reinserción paulatina, puede ofrecer una mirada de observador al nuevo proceso comandado por Sebastián Beccacece: “Él y su cuerpo técnico realizaron un gran trabajo en la pretemporada. Todos nos sentimos muy cómodos. El rendimiento y los resultados han ido de menor a mayor. Vemos que lo que se ensaya en la semana, rinde. Se va consolidando la idea, nos vamos sintiendo cómodos, los niveles individuales levantan y repercuten en lo colectivo”.

“Sebastián está muy cerca y dialoga mucho con cada uno de nosotros. No bien llegaron me fueron sumando a la observación de videos para que fuera conociendo las ideas que ellos tienen y quieren poner en ejecución. Aproveché estos meses para ir aprendiendo eso y ahora me voy adaptando desde adentro. Es mucho más sencillo de entender en los entrenamientos. Todavía no me definió un posición específica; va a ir dependiendo de cómo me vayan viendo en las prácticas”, señaló, ya como parte activa de los ensayos.

A tres años de su incorporación a Racing, lo que fue sucediendo desde entonces también representó un paso a paso virtuoso, porque “llegué al club para la temporada 2017-18 y fui creciendo individualmente a la par del grupo. El título de la Superliga 2018-19 nos permitió consolidar lo que veníamos haciendo, fue muy relevante más allá de la estadística, porque nos afirmó y lo tomamos como un punto de partida para seguir creciendo. Eso es un objetivo y un deber; los hinchas, por suerte, se fueron acostumbrando a que el equipo esté arriba y hoy tienen otras demandas. Estoy convencido de que éste es el camino, porque evita relajaciones competitivas y pone metas muy claras por las que uno debe esforzarse. Si el equipo se fortalece y se instala en la pelea por los títulos, la institución también crece. En ese sentido, el Trofeo de Campeones de fin de 2019 tuvo mucha importancia. Ahora buscamos trasladar todo eso al campo internacional, donde sabemos que las exigencias son mayores”.

 

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