Los dos golpes del inicio del partido (los goles de Borbas a los 4 y 6 minutos, con el equipo largo, permeable en el retroceso y con la defensa sin garantías) tuvieron una reparación parcial. Racing se empezó a acomodar a partir del cuarto de hora y a recuperar juego en coincidencia con la acumulación de llegadas al arco de Bragantino. El descuento de Solari, a los 25 minutos, había sido precedido por una tapada de Cleiton a un remate de Adrián Martínez y, luego, entre los 31 y 35 minutos, tuvo continuidad: una contra no pudo ser definida por Salas, el córner que siguió a esa acción acabó con un cabezazo de Maravilla junto al palo derecho y después, Cleiton otra vez puso sus manos para ahogarle el grito a Solari.

Racing, si conectaba y lanzaba ante una defensa en línea y subida, mostraba que podía lastimar. Pero debía corregir la contención sobre las bandas en la zona media, donde el doble cinco no funcionaba como dique sin la asistencia de los extremos. El que corrigió fue Bragantino, que se convirtió en un equipo corto hacia atrás y apostó al duelo individual de Mosquera con Mura para buscar más ventaja. Dos remates del extremo izquierdo exigieron dos buenas respuestas de Arias, que otra vez ganó en un achique ante Talisson a poco del cierre. A Racing le faltó juego para emparejar y consolidar la supremacía alcanzada en la segunda parte de los primeros 45 minutos.

El equipo regresa de Brasil con un único consuelo: conserva la punta del Grupo H, aunque por diferencia de gol, y cerrará esta fase con dos juegos en el Cilindro. Está en sus manos lograr el objetivo de la clasificación directa a los octavos de final.