En un instante… Entre los 5 y 10 minutos del segundo tiempo Racing resolvió aquello que parecía enmarañado por ausencia de lucidez. La voluntad de Adrián Martínez para insistir en cada ataque lo llevó a pelear una bola en alto y generar un penal que el VAR concedió por mano de Fernández. Enseguida, un remate de Nardoni en un rompimiento necesario para un volante interior puso el 2-0. Y el 3-0, otra vez de Maravilla, llevó las diferencias a una distancia que concede tranquilidad para el cierre del grupo, en dos semanas.

La presión de Coquimbo duró un suspiro. Pasados los primeros seis minutos, el equipo chileno se retrasó, dejó de obturar la salida de Racing y todo quedó en los pies del equipo de Gustavo Costas. Y ahí radicó un problema, porque con una posesión casi del 65% en el primer tiempo, Racing tuvo control sin lucidez, abuso de pelotazo y centro sin destino preciso. Por eso ese dominio posicional y de posesión no se tradujo en situaciones de riesgo para Sánchez, el arquero de Coquimbo. Un par de aproximaciones insinuaron lo que por poco Adrián Martínez estuvo cerca de conseguir a los 35 minutos (rescató una pelota por aire, perdida, y tocó apenas por arriba del travesaño) y a los 42, cuando una transición veloz y exacta, la única con esas características, dejó a Maravilla por izquierda para un zurdazo que tapó Sánchez.

En la segunda mitad la remoción sin demoras de los obstáculos quitó urgencias y permitió que el juego fluyera como Racing demostró que puede hacerlo. Será cuestión de darle continuidad.