Hay cuestiones que los números no pueden explicar. Porque se puede ganar y arrojar nubarrones sobre la escena. O se puede perder y terminar con sensaciones positivas. Frente a uno de los candidatos de la División Metropolitana, la Academia se fue con las manos vacías pero demostró que está en condiciones de darle pelea a cualquiera: jugó un gran encuentro el viernes por la noche en Flores pero cayó ante Pedro Echagüe por 88 a 79. 

Se sabía que la cita era muy complicada pero el conjunto de Germán Intonio no se resignó. Tan cierto es que otra vez no estuvo a disposición Iván Antoniuk como que los demás suplantaron su ausencia con un altísimo nivel de entrega. No fue de lo mejor el comienzo porque el dueño de casa hizo pesar la categoría de sus piezas y sacó ventaja aprovechando algunas desconcentraciones de la visita. Así, el primer cuarto acabó 24 a 15 para los dirigidos por Juan Pablo Boadaz. Decidido a rotar todo lo posible a sus piezas, Germán Intonio les dio minutos en ese tramo a Sebastián Da Silva Értola y a Gerónimo Cnochaert, dos juveniles que piden pista.

Mejoró un poco el rendimiento en el segundo parcial pero no fue suficiente para torcer el panorama. Probablemente, ante un calor sofocante, el principal mérito de Racing fue no haber permitido que el anfitrión estirara la diferencia a una instancia que se tornara irremontable. Gonzalo Álvarez aportó lo suyo para que el ataque no se secara y Maximiliano Bertolino dominó los tiempos y los espacios con una lucidez estratégica que la experiencia potencia. Cuando llegó el descanso, los de Avellaneda estaban abajo 45 a 34 y a casi nadie se le ocurría soñar con una remontada.

Pero ocurrió. Porque Álvarez se volvió imparable y porque Martín Zekas defendió como un gladiador debajo del aro y porque Mariano Franco puso todo su oficio en función de las necesidades colectivas y porque Gonzalo Castaño ofreció su tenacidad para perseguir a cuanto rival pasara cerca. Un punto y otro punto y otro punto más. La Academia no dejó escapar la merma de intensidad de Pedro Echagüe y jugó 10 minutos brillantes para quedar 61 a 59 arriba de cara al último período. 

Faltaba el final y la posibilidad estaba intacta. Fue palo y palo. Hasta el cierre. Superados por la sorpresa, los locales embarraron la cancha con fricciones toleradas por los árbitros. No resultó sencillo escapar del ambiente construido. Pedro Echagüe acertó en las pelotas claves y Racing falló en algunas bolas decisivas. Y el triunfo se escapó justo cuando el asombro empezaba a hacerse realidad.

Con un dejo de bronca pero con la certeza de que se puede, la Academia lamentó la derrota. Ahora le tocará ir a San Justo en busca de la recuperación. Y nadie duda de que este plantel cuenta con la capacidad de conseguir lo que se propone.

Síntesis:

Pedro Echagüe (88): Cisterna (17), Acosta (21), Álvarez (13), Prego (10), Rodríguez (2), Eiguren (9), Fucek (12), Terrera (4). DT: J. Boadaz.

Racing Club (79): Zekas (8), Castaño (17), Álvarez (30), Bertolino (5), Cnochaert (0), Aguirre (5), Franco (14), Rioyo (0), Da Silva Értola (0). DT: G. Intonio.

Parciales: (24-15); (21-19); (14-27); (29-18).

Árbitro: Guillermo Grondona y Matías Dell’Aquila. 

Microestadio: Pedro Echagüe.

Fotos: Paola Lara.