Una señora sentada en una silla opaca hace flamear al viento una bandera celeste y blanca, mientras espera por su vianda. A algunos metros de ella, un adolescente entona con potencia una canción de cancha Racinguista que traspasa el frío posado sobre Villa del Parque, mientras da pequeños saltitos en su lugar. El sentimiento por la patria y el amor por la Academia se funden. No es casualidad que eso pase. Es 25 de mayo en nuestro país. Y tampoco resulta algo casual que dentro de la situación de enorme necesidad social que viven ciertos sectores de la sociedad debido a la epidemia de COVID-19, cada persona y cada entidad hagan lo que está a su alcance para colaborar con quienes más lo necesitan. En esta ocasión el Locro Solidario, que se hizo en seis sedes distintas de clubes ubicadas en barrios de la Capital Federal, fue la nueva oportunidad que Racing Club utilizó para llegar a la gente del modo más útil y necesario posible en este contexto que se vive en la actualidad: con ayuda concreta para aquellas personas que le piden una mano amiga.  
 
Así como ya se había hecho la semana pasada hoy las puertas de Nogoyá 3061 volvieron a abrirse pasado el mediodía para recibir a toda la gente que se acercó al lugar para retirar una vianda de comida y también, para colaborar con la entrega de ropa que a su vez, más tarde sería entregada a otras personas que lo solicitaron en particular. Como para dejar bien en claro, una vez más y al igual que siempre, que el compromiso de Racing no cambia más allá de las circunstancias. Su esencia fue, es y será la misma: una asociación civil sin fines de lucro, de su gente y que piensa en la gente. 

La cocina del restarurante de la sede se utilizó como la base de preparación y de entrega de más de 700 viandas, mientras que el gimnasio polideportivo fue el epicentro de la recolección y clasificación de todo el calzado y otras prendas de vestir que llegaron en muchos casos como donaciones de la misma gente que se presentaba en el lugar a buscar una vianda, en un gesto que también debe ser aplaudido y valorado.

Todo el trabajo en la Sede Capital fue coordinado y realizado por los voluntarios, tanto de Villa del Parque como de Racing Solidario, además de contar con la presencia de Alfredo Chiodini, vicepresidente segundo de la institución, en representación de la Comisión Directiva. Pero además la actividad contó con la supervisación de gente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que verificó de cerca el cumplimiento de las normas de aislamiento y de prevención, orientadas a respetar el protocolo establecido y a no poner en riesgo a la gente que se acercó hasta la sede racinguista por un plato de comida. La bandera de la solidaridad estuvo de nuevo por encima de todo durante este lunes patrio. Y brilló bien blanca y celeste. Como la de Argentina. Como la de La Academia.

Fotos: Paola Lara.