Efemérides

Barrera, un viaje sin escalas hacia el gol

Domingo 07 de Junio de 2020
Fue un definidor de raza y con una potencia física que lo distinguió en su tiempo. Se cansó de gritar goles con la casaca académica, a tal punto que hasta el día de hoy ostenta el honor de ser el máximo goleador de la historia en la era profesional.
Barrera, un viaje sin escalas hacia el gol
A éstas alturas ya es toda una obviedad el mencionarlo, pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Racing Club cuenta en su haber con 117 años de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Había que esperarlo. Llegó en 1932 proveniente de Instituto Central Córdoba, en veintidós mil pesos, una cifra demasiado abultada para la época, y para colmo, en los primeros partidos era silbado por la parcialidad racinguista, debido a que no lograba convertir goles. Recién lo hizo en la cuarta fecha frente a Lanús, con dos tantos, y a partir de ese momento se transformó en el gran goleador que fue, demostrando que no se habían equivocado en pagar semejante suma de dinero. A Evaristo Barrera había que saberlo esperar.

Debutó en Racing el 8 de diciembre de 1932 y se destacó de entrada para que el club se quedara con la Copa de Honor Dr. Beccar Varela de ese año. Jugó hasta el 6 de noviembre de 1938 y convirtió 136 goles en 142 partidos. Al año siguiente su aporte volvió a ser fundamental para que La Academia se quedara con un nuevo trofeo nacional; en este caso, la Copa de Competencia. Apoyado en su potencia física y su capacidad para pasar por sobre los rivales a la hora de llegar al arco y convertir, se transformó en la referencia ofensiva del equipo. Fue el jugador que más tantos marcó en los torneos de 1934, con 34 y de 1936, con 32. Jugó en el club hasta el 6 de noviembre de 1938 y en total, convirtió 136 goles en 142 partidos. Un registro que roza la perfección y que lo colocó desde ese momento y hasta hoy como el máximo artillero del club en el profesionalismo.

Nacido el 30 de noviembre de 1911 y oriundo de Cruz del Eje, Córdoba, Barrera no solo brilló en la Academia, sino que también se consagró en el fútbol italiano, en donde donde tuvo una larga carrera. Jugó en Lazio (1939-40), Nápoli (40-42), Áscoli (42-43), Novara (44), Gozzano (45), Cremonese (1946-47) y Mortara (47-48).

También tuvo su pasaje por el seleccionado nacional, pero solo disputó un puñado de encuentros para la Selección de la Asociación Amateur en 1935, aunque estas presentaciones no eran oficiales para la reciente Asociación del Fútbol Argentina. También podría haber disputado el Mundial de 1934, pero perdió la gran chance, debido a que se envió un representativo de cuarta división a aquel certamen internacional.

Falleció el 7 de junio de 1982 en Novara, Italia. Pero “El Ómnibus”, como lo había apodado la parcialidad racinguista, por su capacidad para pasar por arriba a los rivales y definir, estará por siempre vigente en la memoria de Racing Club por su fútbol y especial por sus goles, que lo llevaron a permanecer hasta el día de hoy como el máximo goleador del club en todo el profesionalismo. Un ídolo con todas las letras.