Efemérides

Norberto Méndez, el Tucho tricampeón

Lunes 22 de Junio de 2020
Fue un crack futbolero de esos de antes y dejó una huella inmensa en el club. Amante del tango, del arrabal porteño y de la pelota, grabó por siempre su apellido entre los más grandes al consagrarse como tricampeón y vestir la camiseta blanca y celeste en más de un centenar de oportunidades. Todo Racing se pone de pie una vez más y aplaude con respeto la figura de Norberto "Tucho" Méndez, otro de nuestros ídolos académicos.
Norberto Méndez, el Tucho tricampeón
Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 117 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.

En una baldosa, era capaz de fabricar toda la magia del mundo. Sucesión de recursos para engalanar a cualquiera: una gambeta y un amague y un lujo y una genialidad. En ridículo los adversarios, envueltos en sonrisas los compañeros, terremotos de aplausos caídos desde las tribunas. Así, así de simple y así de bien, jugaba al fútbol Norberto Doroteo Méndez, una joya con la pelota en los pies que llegó a Racing en 1948, proveniente de Huracán, junto a Juan Carlos Salvini y a Llamil Simes, para devolver al club a los primeros planos de la competencia. Y tan bien le fue que salió campeón de manera consecutiva en 1949, en 1950 y en 1951.

Tucho, apodo con el que se lo conocía en el ambiente del fútbol, había nacido en el barrio porteño de Pompeya el 5 de enero de 1923. Se había criado con una dosis de arrabal, con la facha del galán y con el tango en los oídos. Debutó en Primera en el cuadro de Parque Patricios y su gran nivel hizo que la Academia depositara los ojos en él. Se quedó en Avellaneda hasta 1954 y, en total, disputó 128 partidos oficiales y convirtió 47 goles. Pasó también por Tigre y cerró su magnífica carrera en Huracán.

Con la Selección, ganó los Campeonatos Sudamericanos de 1945, de 1946 y de 1947. Es, junto al brasilero Zizinho, el máximo goleador histórico de ese torneo con 17 conquistas. Las lesiones le jugaron una mala pasada y debió abandonar al fútbol cuando todavía tenía cosas para dar. "Huracán fue mi novia; Racing, mi mujer; y la Selección, mi amante", dijo alguna vez en una entrevista. En los tres lados se lo recuerda con gran cariño por las alegrías que generó con tanto talento.

Un día como hoy pero de 1998, Méndez falleció a los 75 años de edad y su partida física llenó de tristeza a todo el mundo académico. Pero como pasa con los apellidos que trascienden el tiempo y se transforman en leyenda con el paso de las generaciones, él permanence y permanecerá por siempre presente en Racing Club. Es lo que se ha ganado. Y al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte, desde la institución se le rinde un más que merecido y sincero homenaje resumido en pocas palabras: gracias eternas, Tucho.