Las palabras de Shabnam Mobarez resuenan fuerte en Madrid pero podrían ser dichas en muchos rincones del planeta y tendrían la misma vigencia: "Ir de casa al entrenamiento es muy difícil. Tienes que hacer frente a muchos problemas. Te enfrentas entre otras cosas a taxistas que te gritan que no deberías jugar al fútbol porque es un deporte de hombres". La capitana de la selección de Afganistán, premiada por la World Football Summit en la capital española, habló con Antena 3 y fue nuevamente la voz de quienes acá, allá y más allá pelean porque el fútbol deje de estar sometido por una concepción machista del deporte y de la vida. 

Su historia, reconocida en los cinco continentes, llamó la atención en Avellaneda. Los 15.200 kilómetros que separan a Buenos Aires de Kabul, la ciudad más importante del país asiático, no fueron suficientes para detener la ola de sororidad. Florencia Romero, emblema de este Racing que comenzó el torneo goleando a Platense por 5 a 1, tomó la bandera y lanzó la propuesta: regalarle a Mobarez una camiseta firmada por todo el plantel como muestra de solidaridad con la situación especialmente opresiva que padecen las futbolistas afganas. Sus compañeras tardaron apenas un instante en sumarse a la iniciativa y la casaca celeste y blanca llegó hasta las manos de la jugadora que emigró a Dinamarca en en el contexto de la guerra que se desató en su país a principio de este siglo.

Si Mobarez es determinante adentro de la cancha, el trabajo de Kelly Lindsey resulta fundamental para sostener de pie un proyecto que, con la pelota como excusa, busca denunciar situaciones que, más allá de las particularidades de cada sociedad, se repiten desde hace demasiado tiempo en demasiados lados. “Estas son las mujeres más fuertes que he conocido. No lo habría dicho la primera vez que nos vimos. Parecían tiernas, amables y cariñosas; pero cuando luego escuchas la lucha cotidiana a la que están sometidas... Solo ir de casa al entrenamiento para ellas es atravesar un campo de batalla. Están dispuestas a arriesgar su vida para estar en un campo de fútbol. ¡No puedes romper a estas mujeres! Sometes a otros atletas a un entrenamiento extremo y podrían sentirse rotos al final. A estas mujeres las puedes exponer a cualquier cosa y nunca perderán el espíritu”, le dijo la entrenadora al periodista español Diego Torres en una entrevista publicada por el diario El País. 

El también periodista Fernando Duclós, que narra en redes sociales historias sobre los territorios que forman parte de la Ruta de la Seda (@periodistan_), brindó más detalles sobre la lucha que viene desplegando el plantel afgano para reivindicar su pasión por gritar goles. Khalida Popal, estandarte indiscutible, fue la impulsora de la creación de la selección tras la caída del gobierno talibán en 2007. El primer partido oficial terminó con una derrota ante Nepal por 13 a 0. Sin embargo, lo crucial asomó en otra parte: Keramuudin Karim, presidente de la Federación Afgana de Fútbol (AFF), fue denunciado en 2018 por abusar sexualmente de muchas futbolistas –el diario británico The Guardian impulsó la investigación- y la organización madre del fútbol a nivel mundial lo suspendió en 2019. La decisión de no callar fue la clave para que la impunidad no se mantuviera de pie.

Allá y acá, la ilusión está encendida. Por eso la camiseta viajó desde el Tita Mattiussi hasta Madrid. Y la pregunta entonces queda dando vueltas: ¿se animarán Mobarez y sus compañeras a jugar en el Cilindro?