Fútbol Masculino

Cien veces Cocca

Miércoles 25 de Octubre de 2017
El entrenador cumplió un centenar de partidos al frente de la dirección técnica de Racing y ya se codea con los más grandes de la historia del club. Un camino que arrancó con una llegada casi en silencio y se consolidó sobre la base de una idea propia, muchos triunfos y el título de campeón en diciembre del 2014. Felicitaciones.
Cien veces Cocca
Llegó al club casi sin hacer ruido. No fue necesario. Entró en Avellaneda por la puerta chica. Sin las ampulosas luces de las cámaras sobre su rostro, con una trayectoria como DT signada por el perfil bajo y con el cuestionamiento de su contratación por parte de muchos que no lo conocían. Poco más de seis meses después era ovacionado por un Cilindro colmado, que coreaba su apellido al unísono y lo unía con el grito sagrado de campeón: con Diego Cocca como técnico la Academia lograba el campeonato local a finales del 2014, después de 13 años de no poder lograrlo. Con aciertos y errores, con alegrías y tristezas, con muchos más triunfos que derrotas, con participaciones en torneos internacionales y con un título debajo del brazo tras sus dos pasos, el técnico llegó en Paraguay a los cien juegos oficiales al mando del primer equipo. Toda una marca. Todo un mérito.

La tarea no fue nada sencilla en el arranque para Cocca. Todo lo contrario. En el invierno del 2014 fue contratado tras la salida de un tal Reinaldo Carlos Merlo; nada más y nada menos. Pero el entrenador aceptó el desafío sin chistar y le hizo frente a un arranque de ciclo complicado, que constó del armado radical de un nuevo plantel y de momentos al límite, como el que sucedió tras el clásico perdido ante Independiente, que hasta incluyó banderas y cantos en su contra, o la eliminación por la Copa Argentina.

Parecía que se iba. Parecía que la historia se acababa de manera prematura. Que la película se terminaba. Pero aún no se había visto nada. Aún faltaba lo mejor, tanto para Cocca como para Racing. El técnico resistió en su cargo y fue el artífice desde afuera de pergeñar la ingeniería que devino en el título doméstico número 17 en la historia del club. Desde adentro de la línea de cal, Milito y Saja se encargaron de manejar la batuta del equipo. Bou marcó los goles, Videla mostró la entrega, Lollo exhibió el temple y Acuña puso la gambeta. Desde adentro de la cancha cada jugador puso lo que había que poner. Y desde fuera del campo, ahí al costado del banco, el técnico los puso a cada uno en su lugar y en el momento justo. Ubicó las piezas con tranquilidad y las movió de forma inteligente a lo largo de esa extensa partida de ajedrez que duró 19 fechas. Y si tras el empate en uno en Bahía Blanca el torneo estaba lejos, luego de la goleada en Rosario se lo vio ahí, al alcance de la mano. El cabezazo de Centurión ante Godoy Cruz con un estadio lleno como pocas veces se observó en los últimos tiempos, se rindió a los pies de Racing; del Racing campeón. Se rindió a los pies de Cocca; del Cocca campeón.

Después de la algarabía propia y ajena, al igual que de una celebración que tiñó tanto el país como muchos sitios del mundo de blanco y de celeste, llegó el tiempo de volver a reencontrarse con la historia. Fue así que el equipo se embarcó en la aventura continental de la Copa Libertadores, que vio truncada su ilusión en los Cuartos de Final, luego de una cerrada serie ante Guaraní de Paraguay. Mientras tanto, en el torneo doméstico los racinguistas imponían su sello. Enfrentar al “Racing de Cocca” era una asignatura cada vez más temida por los rivales, mientras que ver ganar a la Academia en el Cilindro se tornaba en moneda corriente. Algo impensado y escasamente vivido poco tiempo atrás de ese momento puntual durante la historia reciente del club.

Un buen andar en la liga y una semifinal perdida en la Copa Argentina, demostraron que cada vez la vara estaba más arriba. Y como broche del 2015, lo mejor quedó para el final. Las definición de la Liguilla Pre-Libertadores enfrentó a Racing con su clásico rival, en búsqueda de un boleto en el torneo internacional del año siguiente. La Academia se hizo fuerte en cancha de Independiente y a pesar de que luego cayó en su estadio, eliminó al adversario del barrio y se metió por segunda vez consecutiva en la máxima competición de América. Otro hito logrado en dupla técnica: Racing-Cocca; Cocca-Racing. Esa tarde en el Estadio Presidente Perón el DT volvió a ser coreado y otra vez se le escaparon algunas lágrimas. Pero en esa ocasión la sensación no fue tan dulce como la del triunfo. El entrenador había anunciado días antes que, sin importar el resultado, se iba del club. Sentía que había dado todo lo que podía y un nuevo desafío profesional lo motivaba a separar su camino de la ruta que día a día lo conducía a Avellaneda.

Los senderos de bifurcaron y cada uno siguió por su lado, como antes de haberse cruzado. Racing tuvo primero a Facundo Sava en la dirección técnica y después contó con la presencia de Ricardo Zielinski a cargo del equipo, a lo largo del 2016. Por su parte el bonaerense se dedicó a descansar y luego decidió aceptar la oferta para ir a dirigir al equipo colombiano de Millonarios. Pero no pasaría mucho sin que volvieran a necesitarse mutuamente. El amor seguía vivo. Y fue así que en diciembre de ese mismo año el entrenador rescindió su vínculo en Bogotá y regresó al Cilindro para calzarse por segunda vez el buzo de DT.

Su presente ciclo contó con una primera mitad del 2017 en la que tanto Racing como Cocca debieron rendir examen de manera permanente. Ante el fútbol, ante la gente, frente al presente y frente a la historia. Y a pesar de que las comparaciones del nuevo equipo con la sombra del consagrado bajo su conducción comenzaron a tornarse demasiado frecuentes, adentro de la cancha la Academia volvió a recuperar la forma que había sabido tener no hacía mucho tiempo atrás. Así fue que enderezó el rumbo en las competencias domésticas y logró cosechar los puntos necesarios como para volver a participar de un certamen continental: en este caso, de la Copa Conmebol Sudamericana. El técnico y sus dirigidos lo habían hecho de nuevo, para alegría de todo el pueblo racinguista. Pero como también hay que saber manejar el barco durante la tormenta, el presente semestre encuentra a un equipo que, con altos y bajos futbolísticos, intenta ser lo que cree que puede y lo que sabe que debe.

Pero desde la frialdad incuestionable de los números como reflejo perpetuo de lo que dejó y deja tras la historia que se sucede partido a partido, la campaña de Diego Cocca en Racing a lo largo de su trayectoria pasada y presente no deja lugar a dudas o discusiones. Más allá de gustos personales o colectivos, de subjetividades futboleras o especificidades táctico-estratégicas, lo hecho durante su gestión lo ubica como el más efectivo de la historia en competiciones oficiales (63,66 % de los encuentros ganados sobre la base total de 100), superando tanto a glorias surgidas del mismísimo riñón del club, como a otros con destacado renombre o trayectoria.

Además y como eje principal, el partido ante Libertad en Paraguay lo hizo entrar al selecto grupo de técnicos que han superado la barrera de los cien juegos dirigidos de manera oficial en el club (57 ganados, 20 empatados y 23 perdidos, sumando ambos ciclos). Un mérito logrado por muy pocos a lo largo de la historia de la institución. En la cima del podio se ubica la leyenda con nombre y apellido propio: Juan José Pizzutti, que supera los 200 compromisos dirigidos. Muy cerca de él, también habiendo pasado esta barrera numérica, aparece otra referencia que es sinónimo de racinguismo: Alfio Basile. Y por debajo de éstos dos se ubica el Hombre de la Estatua, el que con sus más de 100 partidos dirigidos en el club fue el responsable de que el nuevo milenio pasara de la desazón al júbilo: Reinaldo Merlo. Diego Cocca llegó a los cien y se codea de igual a igual con la grandeza blanca y celeste. Partido a partido se sigue encargando de escribir no sólo su historia sino también la del fútbol de Racing Club.

Felicitaciones.