Sonreír no le cuesta a Iván Pillud. Para nada. Con la misma facilidad con la que se pone la camiseta de Racing para salir a la cancha, el histórico defensor del club también ríe y genera simpatía al por mayor entre los que lo rodean. Es algo natural en él y en determinados momentos significa una cualidad para nada sencilla de generar y que no todos poseen, pero que a veces resulta muy necesaria. Como por ejemplo ayer en la Casa Garrahan. 

Un grupo de voluntarios de Racing Solidario estuvieron junto al bicampeón racinguista en el albergue perteneciente al reconocido hospital, con el objetivo de pasar un grato momento junto a los niños y a los adultos que viven allí, muchos de los cuales reciben además distintas atenciones médicas o tratamientos ambulatorios.

Con su habitual simpatía y magnetismo, Pillud despertó sonrisas entre todos los presentes casi de inmediato. Además de los autógrafos y de las infaltables selfies, también hubo lugar para compartir un grato momentos durante la merienda, junto a juegos, regalos y charlas con el histórico jugador racinguista. Sin dudas, una tarde llena de sonrisas y que será motivo de una duradera emoción para todos los que estuvieron presentes.