El grito asustó a más de uno. De golpe, la cabeza giró y el insulto se escuchó en la parte delantera del elefante blanco que ofició circunstancialmente de casa y de transporte. Un cuerpo muy flaco y muy alto se cruzó sin ninguna mala intención delante del televisor y le tapó la visión a uno de los gladiadores de la playstation. Su rival aprovechó el segundo de ventaja, apretó el cuadrado dándole al joystick la dirección exacta y se puso arriba en el marcador. Todos –incluso el perjudicado por el movimiento involuntario- rieron al mismo tiempo dejando en claro que al entusiasmo colectivo de avanzar rumbo a Mendoza no hay nada traspié capaz de detenerlo.

El plantel académico salió bien temprano de Avellaneda con destino a la localidad de San Martín, a pocos kilómetros de la capital de la provincia. Los 12 jugadores se instalaron en la planta alta del motorhome y aprovecharon el primer tramo del viaje para recuperar horas de descanso en las camas. Los que se mantuvieron despiertos eligieron amucharse alrededor del televisor para despuntar el ocio tecnológico. El cuerpo técnico, encabezado por Germán Intonio, optó por conversar en las mesas de la planta baja con mate y pepas de dulce de membrillo como compañía. Sebastián Intonio, su asistente, Matías Casteluccio, el preparador físico, y Maximiliano Mallo, el kinesiólogo, se sumaron al armado de la logística de un itinerario que se extenderá hasta el miércoles al mediodía -porque el martes se jugará el segundo encuentro de la serie-.

Los sándwiches de milanesa ganaron protagonismo al mediodía cuando, con la almohada pegada, empezaron a circular por el pasillo las figuras de la Academia. En La Carlota, justo a mitad del recorrido, se decidió estirar las piernas. En ojotas y anteojos de sol, los grandotes bajaron y aguardaron a que el motorhome pusiera primera nuevamente. En el extenso impasse, Maximiliano Bertolino, el capitán del grupo, se animó a romper el hielo imitando al chofer y más de uno le sugirió que asumiera las riendas del viaje. Ya en plena tarde, el campeonato de playstation retomó el control del escenario otra vez para congregar a buena parte del plantel. Por supuesto, hubo quienes se las arreglaron para mirar el partido entre Racing y Sarmiento de Junín y festejar los dos goles de Lautaro Martínez.

La llegada a Mendoza se celebró a lo grande porque había ganas de cenar y de instalarse en el hotel. Con la cabeza puesta en buscar el triunfo, al equipo le sobra voluntad de ir por más. La Academia no quiere saber nada con que su participación termine acá. Por eso construye su ilusión con el motorhome como hogar.