Damián Mansilla, invitado por el área de Deportes Electrónicos, estuvo en Casa Tita, donde fue protagonista de una entrevista y de una demostración de su destreza. Esta presentación, así, demandaría un amplio desarrollo. Sin embargo, el reemplazo del nombre por el seudónimo artístico basta para una comprensión inmediata: Wolf, el reconocido freestyler, acaparó la atención en la charla que moderaron Rodrigo Maslach y Tomás Maramarco y que, además, contó con la participación activa de los jugadores que se hospedan en la concentración, tanto que Juan Castaño, de Sexta, se animó a una improvisación.

El recorrido de la charla fue generoso, desde su prematuro vínculo con la música, su gusto por los videojuegos y el animé, la habilidad para la improvisación -requisito indispensable para sobresalir en el freestyle- y, por supuesto, su amor por Racing. "Al ser de Racing no sólo siento que represento al club. Represento la pasión que me heredó mi viejo, lo representó a el", dijo Wolf como marca de identidad. Y ese vínculo no es un asunto menor: "Racing es la herencia que me dejó mi viejo. Es como si me hubiera dicho 'tomá, es lo más valioso que tengo y te lo dejo a vos'. Entonces cuando voy a un evento, lo hago con algo de Racing como lo haría cualquier hincha. A la vez, siento que digo '¡aguante mi viejo!'. Llevo la bandera de él como hincha". 

Racing brota en la piel y en la palabra. Porque Wolf es, ante todo, hincha. "Lo soy como cualquier otro -aseguró-; tengo la posibilidad de tener un micrófono y que me mire mucha gente. Pero hago lo que haría cualquier otro hincha, es decir, transmitir la locura por esta camiseta. Soy feliz de representar al club y eso me pasa hasta en un picadito con los pibes" .

Wolf habló, rapeó y le dio valor a la palabra.